lunes, 13 de febrero de 2017

El segmento #Redneck argentino en el #votojoven




Rubén Weinsteiner


Redneck es el término utilizado en Estados Unidos y Canadá para nombrar el estereotipo de un hombre blanco que vive en el interior del país y tiene bajos ingresos. Su origen se debe al hecho de que por el trabajo constante de los trabajadores rurales en exposición al Sol acaban quedando con sus cuellos enrojecidos (del inglés red neck, "cuello rojo"). Hoy se suele utilizar para denominar de manera peyorativa a los blancos sureños conservadores. El término también es usado ampliamente con una valoración negativa por los progresistas urbanos que perciben a los Rednecks como conservadores,de derecha etc. A la vez, algunos sureños blancos recuperaron la palabra, autoidentificándose con ella y usándola con orgullo.


En comunicación política el Redneck, es un sujeto de bajos ingresos, con como máximo 12 años de escolaridad, es decir, en el mejor de los casos terminaron el secundario. Los hay asalariados con bajos salarios, con algún oficio, cuentapropistas básicos y desempleados. Suelen ser conservadores, lo que en segmentación clásica llamamos Integrados (belongers) absolutamente adaptados, no cuestionan, no contestan, y los formatos de dimensión colectiva tienen que ver con la religión, lo nacional y con lo local.

Suelen ser evangélicos, bastante religiosos, y votan por lo general al partido repúblicano.

Con escasa actividad cultural, consumen y mucho cuando pueden, comen muchos alimentos procesados, mucha carne, les gusta beber, suelen casarse jóvenes y tener muchos hijos. No son muy afectos a la diversidad sexual, a los inmigrantes y a la otredad en general.


En las últimas elecciones de EE.UU. el segmento Redneck adquirió una relevancia inédita,

El EE.UU. rural y evangélico marcó la diferencia. Donald Trump arrasó entre los rednecks, a los que no les molestaron ni las comentarios machistas, ni anti hispanos ni anti musulmanes de Trump.

El voto Redneck fue importante en la victoria a Trump, por lo consistente y masivo de su voto.

Un vistazo al mapa de resultados muestra cómo el apoyo a Clinton se ha concentrado en torno a las grandes áreas urbanas del país, mientras que el vasto territorio entre ambas costas ha quedado en una amplia mayoría pintado del rojo republicano.


Además, de acuerdo con el sondeo de Reuters/Ipsos a la salida de los colegios electorales, Trump ha logrado una enorme ventaja sobre su rival entre los blancos sin título universitario, de 31 puntos entre los hombres y de 27 entre las mujeres.


El voto de los evangélicos ha sido igualmente decisivo. Un 81% de los electores de este importante grupo cristiano han apoyado a Trump, frente a un 16% que ha respaldado a Clinton, según la misma encuesta a boca de urna, la mayor diferencia al menos desde la victoria de George W. Bush frente a John Kerry en 2004.


El vídeo publicado a pocas semanas de las elecciones en el que Trump aparecía jactándose de hacer con las mujeres lo que se le antojaba, parecía haber sembrado cierta división en la comunidad evangélica, pero finalmente no ocurrió, los evangélicos masivamente votaron a Trump.


Tampoco el rechazo de las mujeres que se pudieron haber sentido ofendidas pegó en el voto Redneck femenino. Hillary Clinton solo ganó por dos puntos de ventaja sobre Trump en el voto femenino, mientras que Obama había le había sacado siete de ventaja a Mitt Romney en 2012.


La victoria de Hillary entre los hispanos, negros y asiáticos, no le alcanzó para dar vuelta la categórica ventaja de Trump entre los Rednecks.


Clinton le sacó una ventaja de seis puntos a Trump en las áreas urbanas, mientras que el candidato republicano le sacó 27 puntos de ventaja a Hillary en las zonas rurales.

En las grandes ciudades que se extienden desde Boston a Washington D. C.; las principales ciudades de la región de los Grandes Lagos, como Chicago, Detroit, Cleveland o Milwaukee; Miami y el resto del sur de Florida; las principales poblaciones de la costa oeste, desde San Diego a Seattle, pasando por Los Ángeles, San Francisco y Portland, o incluso las texanas Dallas y Houston, ganó Clinton cómoda.

En cambio, fuera de ese universo urbano, en la mayor parte de la América profunda, desde los Apalaches a los bosques de Oregón, pasando por el Medio Oeste y las Grandes Llanuras, arrasó Trump.

En Argentina tenemos a nuestros Rednecks, y entre los cuáles los jóvenes son amplia mayoría, porque son esencialmente una población joven.

Son los gringos de clase media media/baja de las periferias, algunos viven cerca de las ciudades, otros en el campo.

El sudeste de la provincia de Córdoba, el norte de la provincia de Santa Fé, contienen una gran cantidad de Rednecks versión local.

El redneck argentino, es de origen europeo, español, italiano, alemán, ucraniano, alemán del volga, ruso, ucraniano, polaco, búlgaro, rumano. Católico, muy, o por lo menos con tradición y apego.
El redneck local convive con los gringos con dinero, que a los efectos de esta segmentación llamaremos "gringos abc1".

Los gringos ABC1 tienen vehiculos caros, muchos, casas enormes pero no ostentosas. Viajan mucho, EE.UU. y Europa, compran ahí ropa, electrónicos, incorporan tendencias, hábitos, cultura, se sienten muy cómodos en Miami, pero también en NY  y en Madrid.
Uno los ve y parecen salidos de Barrio Norte/Belgrano/Vicente López. El cable de los 90, la Web 1.0, 2.0, 3.0 y 4.0 junto con Netflix ( todos tienen Netflix) los homogenizan con los porteños media alta.
Son empresarios, rentistas, industriales del sector metal mecánico, y han acumulado con el sojazo considerables capitales.

Los Red Necks viven y conviven con los Gringos ABC1, los admiran, aspiran a ser como ellos. trabajan con ellos, dependen de ellos, escuchan sus relatos de viajes, ven lo comprado, los modelan.

El RedNeck  es narrado en materia de análisis de la realidad política, por el Gringo ABC1. Si el gringo dice que la política gubernamental está alineada con los intereses del campo, lo está. Si un gobierno es bien visto por los Gringos ABC1, esa visión y de manera acrítica es incorporada y validada.

El patronazgo se extiende a lo político aunque los intereses no sean los mismos. El RedNeck quiere ser Gringo abc1, por lo tanto sus angustias, miedos y alegrias son asumidos como propios sin tamiz ni análisis.
El RedNeck argentino, no necesariamente trabaja en el campo. Puede ser empleado de un comercio, de un banco, ordenanza, remisero, empleado municipal o profesional.

No tienen ingresos altos, siempre dependen, y de quien dependen? Obviamente del Gringo ABC1.
No viajan mucho. Si viven por ejemplo en Luque provicia de Córdoba, Vaqueros Provincia de Salta o Trenque Lauquen Provincia de Buenos Aires, dificilmente vayan más de una o dos veces en su vida a Buenos Aires. Aunque debido al ecosistema mediático argentino, se levantan, desayunan, almuerzan y cenan con la imagen del obelisco, los cortes de calle de la capital, la temperatura y demás información de CABA.
Muchos de ellos nunca han estado en Buenos Aires. La imaginan, la mitifican, aspiran, pero se sienten seguros y cómodos en el pago  chico.
Valoran y aman el pago, demandan y celebran la infraestructura más que por la dimensión funcional, por la dimensión emocional de sentir que el pago, osea ellos hace un upgrade, como por la dimensión expresiva, lo que el estado de la ciudad dice de ellos. Valoran mucho la opinión de la otredad sobre su habitat.
Cualquier obra de estas características establece un vínculo emocional duro entre las marcas políticas y sus votantes RedNecks.

Hay ciudades con Rednecks adaptados a la urbe, como Santa Rosa La Pampa, una ciudad con el arquetipo del Redneck argentino.

Como dijimos el Redneck argentino es mayormente joven, se casa joven, es católico practicante, o por lo menos observante, es prolijo en su vestimenta, coqueto, emula a la capital pero se diferencia y desmarca desde la conservación de las tradiciones. Es familiero, individualista pero generoso. La dimensión colectiva la vive en lo religioso, lo nacional y lo local. El asado es el acontecimiento sociocultural central en la vida gregaria de los jóvenes rednecks argentinos.

Son jóvenes que mayormente tienen secundaria completa o incompleta. Los universitarios del interior rural ya entrarían en otra categoría de segmentación.

Las prácticas sociales tienen que ver con “te invito a comer un asado” , no leen mucho, no concurren a centros culturales, cines o teatros.

La cultura rural está presente y marca fuerte. Son tradicionalistas, padres jóvenes y de muchos hijos, se levantan temprano y tienen instalada la cultura del trabajo.

No revelan compromiso político, por lo general rechazan la política, la ejercen sólo en términos corporativos para defender intereses sectoriales, vinculados al campo o a alguna cadena de valor.

Admiran y rechazan con igual intensidad la cultura urbana, siente que se pierden algo pero a la vez que no quieren estar ahí, idealizando su posición.

Cultivan mitos necesarios, no son muy fexibles con la otredad, ya sea religiosa, nacional, sexual, cultural etc.

No consumen mucho, lo necesario, son austeros.

Los jóvenes rednecks argentinos votan con la tradición en una mano y con el freno a los cambios disruptivos en la otra. Cuidan lo corporativo, las tradiciones familiares y religiosas, y desconfían de la urbanidad y sus formas.


El joven redneck argentino espera que los cambios propuestos no sean disruptivos, respeten las tradiciones, los valores y las formas del interior. Buscan una reivindicación que de vuelta la postergación y ninguneo sufridos. Si se los interpela desde lo nacional, lo tradicional, se predisponen de manera más flexible a los cambios.

No se puede contradecir el menu emocional ni la agenda de demandas del gringo ABC1, porque sería ir contra su propia agenda. No funciona eso de Ellos son la Rural y uds la Federación Agraria. No funcionó con De Angeli, en el 2008, y no funciona ahora.


La promesa de la marca política para los jóvenes redneck argentinos debe incluir la posibilidad de permanecer y lograr el bienestar en el hábitat propio, sin tener que pensar en emigrar, debe contener la resignificación y valoración de lo propio con un mensaje simétrico auténtico, que reconozca la alteridad, la visibilice y la incorpore al discurso.


Rubén Weinsteiner

Public Affairs

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