martes, 10 de diciembre de 2013

Narrativa Twitter y el #votojoven




Por Rubén Weinsteiner para Newsweek

En la Web social, cada jugada tiene no solo peso táctico, sino también dimensión estratégica. Cada avance, cada propuesta de valor, a la vez que produce resultados inmediatos, moldea nuestro posicionamiento, nuestra identidad, personalidad, discurso, simbología y ritualidad, discurso, es decir las variables constitutivas de nuestra marca política.

Twitter es una herramienta maravillosa, pero hay que tener cuidado con su uso. Nos expone a un nivel emocional intenso de transacción, donde podemos quedar muy expuestos. En Twitter, reaccionamos, discutimos, nos peleamos, revelamos grandezas y miserias a la vista de millones, ya que se trata de conversaciones ante audiencias de audiencias. Es como si a cualquier CEO o presidente lo siguiera una cámara las 24 horas, y lo filmara cuando discute con su secretaria, cuando insulta a otro conductor porque no avanza el tránsito, o cuando se pelea con un vecino, la esposa o el televisor ante un debate o un partido de fútbol.

Y Twitter por su viralidad, reproductibilidad y hallabilidad, tiene más exposición indirecta que directa. Los Tweets aparecen en Google, pueden ser retwitteados, reenviados, viralizados y son levantados por la prensa, en la gráfica la radio, la TV.

Los twitts construyen una narrativa que trasciende. Algunos políticos parecieran estar demasiado enfocados en comunicar lo que hacen día a día, y muchas veces de manera tan artificial, que resulta obvio para todos, que no escriben ellos, lo cual defrauda al receptor. Pierden de vista que en Twitter, como en toda la Web social , lo que hay que comunicar son ideas y sentimientos y no solo informar.

Se trata de desplegar una comunicación constante y proactiva, una conversación comprometida, que tenga que ver con lo que le pasa a la gente, y viendo de que manera la política puede hacer lo necesario para lograr lo que es importante para los ciudadanos.

Los buenos comunicadores en la Web social construyen una narrativa que le describe al receptor,  la esencia de su voluntad política, su reason why, su visión personal, su historia, sus metas, sus fortalezas y debilidades, sus dificultades, permitiendo al emisor experimentar empatía con el, sentirlo fuerte y vulnerable a la vez.


Esa empatía, apoyada en la emocionalidad, permite colonizar subjetividades, y diseñar y edificar una ingeniería de consensos a favor de los objetivos estratégicos de la marca política.

Un buen tweet no es lo mismo que un buen twiteador, y lo importante más que un buen tweet es una estrategia de comunicación política. La gran revolución 3.0 está representada por el formato dialogal. En la Web social los líderes no dan discursos, presentan narrativas constituidas en propuestas de valor, que dan origen a conversaciones entre audiencias de audiencias.

Dentro del proceso productivo de la información: fuente, gatekeeper, editor, medio y público; Twitter es sin duda un gatekeeper transparente, ya que espeja las emisiones de los protagonistas sin contaminarlas.


Algunos casos:

Piñera el ex presidente de Chile era un twittero espasmódico, había días en los que twitteaba gran cantidad de mensajes, y otros, nada. En octubre de 2010, durante el rescate de los 33 mineros atrapados en Copiapó, publicó poco, y era un período donde la gente necesitaba sus twitts.

Piñera twitteaba principalmente dos tipos de mensajes; algunos compromisos de su agenda y objetivos grandes y difusos (“Juntos vamos a derrotar la pobreza extrema y sentaremos las bases para ser un país desarrollado y sin pobreza antes que termine esta década”). Cotidianeidad poca: “Después de mucho tiempo, comiendo en familia, con los hijos y con los nietos. Se echan mucho de menos estos momentos!”.

Dilma es directa y dura como twittera: “¿De dónde sacaron que huir de la lucha es exiliarse? El exilio significó la diferencia entre la vida y la muerte para los exiliados brasileños”. Y: “Grandes amigos míos, corajudos y valientes, sólo tuvieron una salida en la dictadura, exiliarse. Decir que los critiqué es tener mala fe”.

Correa twittéa desde el balcón y para la tribuna : “Mientras los perros ladran es porque voy avanzando hacia la Revolución Ciudadana ¡¡¡¡¡¡Viva Ecuador!!!!!!! (28 de junio de 2011)

“Hay que seguir luchando para transformar a nuestro pueblos de tanta basura que le mete el imperio en las mentes”. (27 de junio de 2011)

Calderón el presidente mexicano es el más artificial, “ Estamos muy felices de haber inaugurado el segundo tramo de la escuela N 154 ” “Que alegría haber entregado inaugurado la autopista ”.

Cristina utiliza Twitter para desintermediar y comunicar en forma directa, lo cual es bueno,  es espasmódica, con oscilaciones pronunciadas, cuando twittea larga 30 twitts juntos, ataca y se defiende, construyó códigos internos como las palabras en inglés, y resulta a veces artificial el verbatim, se nota que  dicta y el que twittea tiene una autonomía que podría manejar mejor.


En la Web social, más importante que lo que decimos nosotros es lo que dicen las audiencias de audiencias de nosotros.
Las conversaciones tienen lugar con o sin nosotros, depende de nosotros estar y en que formato. Si no estamos por acción propia, estaremos igual pero sin la capacidad de influenciar.

Saber escuchar bien, es clave. No hay que abusar de la cotidianeidad, ya que da artificial. Hay que apuntarle a líderes de opinión en Twitter, y el derrame va a llegar más limpio al llano, al twittero de a pie.

No hay que pelear con periodistas, ya que la asimetría de poder de fuego, en términos de emisión y reproductibilidad mediática con ellos, es enorme, y esto coloca a los políticos en un lugar de claro de desventaja. Si es rentable pelear con otro políticos siempre que :

a) sean pares o de mayor relevancia

b) tengan menor relevancia pero revelen una debilidad que haga rentable la acción.

Promesa, identificación, perspectiva y deseo, en un territorio expresivo de autenticidad y simplicidad, constituyen una hoja de ruta poderosa en Twitter, para poder "sujetar" a los sujetos de elección y construir una marca política sólida hacia el interior del #votojoven.






sábado, 19 de octubre de 2013

El enemigo poderoso y posible en la construcción de la #marcapolítica el #votojoven







Por Rubén Weinsteiner

En estos tiempos en los cuales la figura de Raúl Alfonsín, se resignifica a la luz de la perspectiva que brindan la distancia, el reencuadre de algunas de sus decisiones y las referencias de gestiones posteriores, se impone reflexionar acerca de los mecanismos de construcción de poder y acumulación de la marca política Alfonsín.

A los efectos de este análisis tomo dos períodos en la gestión de construcción y acumulación de la marca Alfonsín:

1) Construcción inicial, campaña y llegada al poder , 82-83

2) Gobierno 84-89

Observamos entre estos dos períodos muchas diferencias, tanto en la gestión del discurso, del posicionamiento, de la narrativa, de la personalidad y de la identidad política como del naming entre otras cosas. Pero existe una diferencia altamente significativa, que determinó debilidad en la construcción de poder de la marca Alfonsín.

Durante el primer período Alfonsín denunció el pacto militar sindical, ubica al enemigo en una entidad compuesta por el viejo sindicalismo, el viejo peronismo y los militares.

Al “somos la rabia” del viejo peronismo, le esgrimió el “somos la vida” y de esa manera consolidó une enemigo posible, vulnerable como vimos en las elecciones del 83, pero tampoco tan débil como para perder verosimilitud como enemigo.

Durante el gobierno radical, a la marca política Alfonsín, sus estrategas no supieron construirle enemigos poderosos y posibles, si bien enfrentó numerosos enemigos, todos ellos, como se demostró en el terreno, eran demasiado fuertes para Alfonsín: Saúl Ubaldini, La Sociedad Rural, los Carapintadas, la City, La Iglesia, Clarín etc.

Es muy difícil construir y acumular poder sin un enemigo poderoso y viable, al que se pueda derrotar y que a la vez configure algún tipo de amenaza real, y de esa manera sea tributario de la construcción de la propia identidad.

Para dotar de volumen y capilaridad emocional a una marca política, hace falta determinar en el terreno un clivaje, un modelo binario. Lo que uno es, contrapuesto a lo que no es. Institucionalidad versus clientelismo, justicia social vs reformismo conservador, corrupción vs honestidad, orden vs caos. De esa manera la propia identidad está definida por los atributos propios valorados y queridos por los segmentos a interpelar y del otro, los atributos valorados negativamente y temidos por la clientela electoral.

Este clivaje construido desde los conceptos requiere una personalización para dotar al esquema binario de mayor potencia emocional.

El concepto corrupción dispara significados negativos, pero si le ponemos nombres y rostros los significados que disparará adquirirán una dimensión emocional con mucho mayor poder de fuego.

Los Kirchner no enfrentaron a Clarín en su primer gobierno con el 22 % de los votos, ahí el enemigo era el neoliberalismo, encarnado en un menemismo residual agonizante. Tampoco enfrento a Duhalde antes del 2005, lo enfrentó cuando la relación de fuerzas se lo permitió.

Carrió, los despojos del partido militar, Clarín, y los “piquetes de la abundancia” del campo, fueron enemigos que a la luz de los resultados se verificaron como superlativamente eficaces.


Planteo de luchas contra enemigos poderosos, con final abierto.

Muchos plantean que la 125 fue el ADN del Kirchnerismo. Como esta batalla, se trata de luchas difíciles, enmarcadas en la épica de quien se sabe más débil y por lo tanto debe revelar mística, valor y coraje para dar una batalla, a priori perdida, pero decisiva e ineludible.
El enfrentamiento contra poderes hasta el momento “intocables” e “invulnerables”, le otorga vitalidad y dinamismo, al vínculo, entre una fuerza y los jóvenes
Ese final abierto, esa asimetría desfavorable, indignan, emocionan, convocan y construyen la bronca originaria y movilizadora y la alegría de la acción y compromiso colectivos.

Alfonsín durante los dos primeros años, no tuvo una oposición sólida que pudiera establecerse como un enemigo plausible. Los enemigos corporativos eran creíbles pero demasiado fuertes. Cuando la oposición se consolidó, se convirtió en un enemigo exageradamente potente para enfrentarlo.

La marca política es una máquina que dispara significados. Alfonsín, parafraseando su último discurso, “no pudo, no quiso o no supo” erigir ese enemigo derrotable e imprescindible para construir una marca política, que dispare significados emocionales de poder.





















lunes, 15 de julio de 2013

Voto joven: “andá decile a tus abuelos en Florida, que Obama es bueno para los judíos”


















Por Rubén Weinsteiner para ADN




Cuando tenía 10 u 11 años, leía el diario en voz alta, sentado en el sillón del living de la casa de mi abuela Rosa, mi abuela que mientras tanto ordenaba las copas y los platos en un armario, al terminar de leer yo, un título y sin dejar de hacer ella, lo que estaba haciendo, me preguntaba: “¿y eso es bueno o malo para los judíos?”






La comediante estadounidense perteneciente a la comunidad judía Sarah Silverman, le imponía un tono de comedia a la convocatoria. "Si ustedes supiesen que visitar a sus abuelos podría cambiar el mundo, ¿lo harían? Por supuesto que sí. Sería estúpido no hacerlo", decía Silverman en el video publicado a principios de octubre de 2008 para convocar a jóvenes judíos al "Gran Schlep" En Yidish el gran arrastre/viaje) hacia el estado de Florida.


El viaje al que invitaba Silverman era una peregrinación con un objetivo claro: convencer a sus abuelos para que voten a Barack Obama en un estado que podría ser clave en los resultados de la elección del 4 de noviembre de 2008.


Obama encontraba fuertes resistencias en 2008, dentro del “voto judío”. Muchos miembros de esa comunidad, cuando se jubilan se mudan a Florida, un estado que construye 25 electores para el colegio electoral. Esas resistencias se potenciaban en los judíos más viejos.


La idea de Sarah Silverman rápidamente tomó forma y la campaña 2.0 de Obama organizó el call for action para jóvenes judíos con abuelos en Florida.


“Andá y decile a tus abuelos que Obama es bueno para los judíos” fue el metamensaje de la campaña que buscaba medirse con prejuicios, sentimientos y relatos ocultos de un segmento importante en Florida.


Obama tuvo un desempeño discreto en 2008 en ese segmento, pero en 2012 obtuvo más del 60% entre los judíos de Florida.


Cuando se le pide a los jóvenes que viajen a Florida a convencer a sus abuelos para que voten por Obama, la arquitectura del discurso de poder en su submodalidad del segmento joven se vuelve poderosa al plantear :


Los jóvenes pueden identificarse con Sarah Silverman, auténtica, salvaje, mal hablada, sincera, exitosa, linda pero no artificial, ni top model.


Los jóvenes le dicen a sus abuelos, Obama va a resolver problemas que tenemos y nos complican la vida


Lo prohibido- permitido, tiene que ver con darse el permiso de votar a alguien que a priori no es visto como un amigo de Israel, y que es negro ( existen algunos recelos importantes entre la comunidad judía y la afro americana) entre otras cosas.


Se le pide que vayan como tribu, como grupo, jóvenes judíos a cumplir una misión difícil e importante, contra un poder grande como son los prejuicios y relatos ocultos del segmento, y de resultados a obtener palpables.


La cultura que viene, variables blandas que agrupan segmentos en forma transversal y los ponen en escenarios diferentes a los protagonizados por la generación de sus padres.


La Web social como territorio propio es herramienta, plataforma y espacio de acción de nuevas formas de participación política.


Rubén Weinsteiner


miércoles, 10 de julio de 2013

El reason why en la construcción del sistema de preferencias del voto joven




Rubén Weinsteiner para NEWSWEEK




Los dos componentes fundamentales para el diseño de la arquitectura de un discurso de poder, hacia el interior de lo que llamamos voto joven (16 a 30 años), un voto con una fuerte complejidad emocional en términos de las demandas, son el “reason why”, el “para qué”, y la vocación constructiva de sujetos políticos.






El “para qué”, hay que votar determinada oferta política, debe expresar una promesa emocional afirmativa y concreta. Resulta imposible construir un “reason why” desde la negación y el odio a la otredad política. Así como el Kirchnerismo será superado solo por una construcción posterior, no en términos temporales, sino en términos estructurales, es decir por una propuesta que lo reconozca, incluya y lo supere; el macrismo no será superado en la ciudad, demonizando a Macri, burlándose de él, ergo de todos los que lo votaron y que son muchos. El “reason why” debe expresar no un listado de medidas a implementar, sino una perspectiva emocional positiva. Construir un “para qué” no tiene nada que ver con construir malestar.


Durante la segunda presidencia de Perón, los antiperonistas fueron adquiriendo un odio hacia Perón, el peronismo y los peronistas que llegaba al “viva el cáncer” cuando la muerte de Eva Perón o a apoyar y justificar bombardeos masivos a la plaza de mayo, que dejaban cientos de muertos como saldo. El antiperonismo con Perón en el poder y durante la proscripción, no pudo construir un “reason why”, aun cuando construyó el soporte en términos de fuerza, para dar el golpe y sostener la proscripción. Porque no consiguieron construir en su cabeza, un país diferente al que tanto les disgustaba, para constituirlo en “reason why” y que le diera una identidad propia a su marca política, más allá de adversar al peronismo.






El voto joven siempre demanda un “para qué”, y por eso muchos jóvenes de entre 16 y 30 años hijos de antiperonistas se hicieron peronistas durante el período de la proscripción del peronismo. El antiperonismo no proponía un “reason why”, Perón desde España, si.


Durante los 18 años de la proscripción del peronismo, liderazgos no peronistas, hubo, agenda y despliegue territorial también. Pero el segmento 16-30 durante esos 18 años, que por evolución dinámica llegó hasta los que tenían 48 en el 73, demandaba ese “para qué” que el peronismo producía y que constituía en sujetos políticos.


El voto joven es más flexible, eso explica los de los jóvenes de fervientes antiperonistas se hicieran peronistas y flexibilizador de otros segmentos, muchos hijos de antiperonistas que se hicieron peronistas, peronizaron a sus padres. Porqué el segmento 16-30 no ancla el sistema de preferencias en su historia y en las emociones construidas a través de esa historia. El voto joven está despojado de los dolores, pasiones, frustraciones, alegrías, inseguridades y certezas que no sean las de su propio recorrido. Los mandatos familiares no solo no garantizan continuidad en el voto, sino que la rebeldía muchas veces lleva a los jóvenes a adversar la tradición familiar. Esto le otorga elasticidad, soltura, y cierta labilidad en la construcción de su sistema de preferencias.



El segmento 16-30 valora como insumo de producción del “para qué” la autenticidad legitimada en el clivaje gato-careta, lo real y sólido, aquello que reconoce y asume las imperfecciones, limitaciones, las zonas oscuras y las brutalidades del discurso, a favor de una propuesta superadora.

Rubén Weinsteiner

jueves, 20 de junio de 2013

Reason Why, la llave emocional para el triunfo electoral

Por Rubén Weinsteiner para ADN



Uno de los procesos más característicos de la construcción del voto, luego de la crisis de representación post 2001, es la creciente tendencia a una mayor complejidad emocional en términos de las demandas.




Dado que ninguna instancia de gestión puede dar respuesta emocional completa a todo el caudal de demandas, aparecen múltiples organizaciones públicas, privadas, cuasiprivadas, cuasipúblicas, actores corporativos nacionales y transanacionales, movimientos de protesta, agrupaciones regionales, líderes sociales, artistas, con una participación individualizada en diversos espacios sociales diferenciados, no siempre consistente y más bien fragmentada.


Para construir una oferta política sólida hace falta consolidar

1) Liderazgo

2) Agenda

3) Despliegue territorial


Está claro que sin un liderazgo potente, con una marca política eficaz, y sin la capacidad de construir votos y fiscalizar en todas las especificidades territoriales, resulta imposible ganar una elección. Pero la agenda constituye un territorio conceptual difuso y complejo para la mayoría de los candidatos.

¿Que es la agenda?

Cuando hablamos de que al votante hay que proponerle una perspectiva no un conjunto de medidas, para poder proponerle y venderle sensaciones, y no propuestas de gobierno; estamos hablando de los atajos cognitivos que toma el votante a la hora de decidir su voto.




Estos atajos cognitivos reducen el tiempo y esfuerzo de decisión que llevaría sopesar, analizar y decidir en base a gran cantidad de información para orientar un voto o adoptar una postura. El votante compra como se va a sentir y no un pliego de condiciones con un listado de medidas a implementar, así como el que compra un auto, compra como se va sentir manejando ese auto, llevando a alguien en ese auto, estacionándolo en el parking de un restaurante, y no las características de su motor.


La agenda la constituyen las sensaciones articuladas por el reason why (el para qué) de la candidatura.

El reason Why de una marca política, es el insumo estratégico fundamental para la construcción de sujetos políticos jóvenes, sujetos de elección duros y no tanto, y para la fundamentación de un despliegue territorial físico y virtual eficaz, así como de una agenda poderosa al interior del voto joven.


El reason why es la clave fundamental en el proceso de construcción del vínculo emocional entre una marca política y los sujetos de elección jóvenes, en medio de la disputa de sentidos, emociones y ofertas simbólicas.


El planteo del reason why a los jóvenes, constituye una propuesta de responsabilidad expresada por la promesa de la marca. Los jóvenes siempre esperan que algo ocurra, que algo cambie, que los represente, sentir consonancia. Los jóvenes quieren ser parte de luchas contra poderes grandes y con final abierto. Los jóvenes quieren vivir emociones.


Un candidato debe poder comunicar para qué quiere el poder, para qué es bueno que él sea presidente, gobernador, intendente, legislador, y para que es bueno votarlo. Si un candidato no tiene un reason why sólido, aún con un liderazgo fuerte, y vasto despliegue territorial, no podrá interpelar emocionalmente a los votantes, y toda construcción desprovista de emocionalidad y sensaciones, carecerá de poder de fuego electoral.

martes, 4 de junio de 2013

La primera persona del singular en el #votojoven


Por Rubén Weinsteiner





Hablá de tu audiencia , no de vos.

En el segmento 18-34 años, la autoreferencia en la narrativa y el discurso político es mal negocio, "no garpa".

Un estudio presentado por nuestro grupo MAOF, señala que las cuentas de Twitter de políticos y empresarios que hablan en forma recurrente y sostenida en primera persona, no consiguen aumentar su número de seguidores significativamente y sus temas no se convierten en temas a viralizar. Los tweets planteados en primera persona logran una cantidad claramente menor de retweets, que los que tienen un porcentaje menor de autoreferencia.

En una encuesta sobre lectura de posts , se preguntó porqué se elegían determinados posts para leer, las respuestas apuntaron a que se buscan puntos de vista específicos, más que historias personales.

No quieren oírte hablar de vos mismo, sino que quieren oírte hablar como vos mismo, sobre ellos mismos.

En el #votojoven, los otros son la impostura, los que dicen una cosa pero son otra. Contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia. No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero y transparente.

La autoreferencia, el yo, yo, yo es absolutamente 1.0 y "gato", plantea modelos asimétricos de comunicación, donde hay uno que es importante y muchos que no lo son. La comunicación 3.0 se da entre muchos que son importantes. Y en ese escenario es mucho más trascendente lo que los otros dicen de uno, que lo que uno mismo dice de uno mismo.

Las construcciones discursivas impostadas, sobre-abarcativas, desprovistas de emocionalidad real, y centradas en el emisor , producen ruidos y alejan a la marca política de los microsegmentos jóvenes.

El discurso en primera persona apunta a responder a las necesidades, demandas y dimensiones de insatisfacción que marcan las encuestas de macrosegmentos definidos por variables duras, pero no con los deseos y la emocionalidad de microsegmentos espeíficos. Por eso se centra el discurso en el
'yo, yo y yo' llenando de autoreferencias el discurso, lo que se vuelve expulsivo en el #votojoven.

Las marcas políticas y corporativas se vuelven más potentes a la hora de ocupar el imaginario de los microsegmentos jóvenes, colonizar subjetividades, y sujetar a los sujetos de elección, si hablan sobre sus oyentes, no sobre ellos mismos.

Hay que hablar de nuestra audiencia, no de nosotros mismos, porque más importante que lo que decimos es a quién se lo decimos. Llegar, impactar emocionalmente para construir percepciones y posicionamientos en la cabeza de la gente, el lugar donde se ganan todas las batallas.

jueves, 16 de mayo de 2013

Como pagar un costo político

Por Rubén Weinsteiner

Para Newsweek

La emergencia a la superficie de un error, y el no admitirlo, pone al político en una situación complicada. Esta situación pende sobre él como una espada sobre su cabeza, en cada aparición pública, en el relato mediático y en la construcción permanente de su imagen. La visibilización del error y su admisión fáctica, pero el no reconocimiento del carácter negativo de la decisión política que estuvo detrás del hecho, configura un estadio más grave que el primero, ya que pone en juego un desafío al ciudadano, “yo sé que vos sabés, y yo también se, pero lo haría de nuevo así”. Este mensaje comunica asimetría e impunidad. Como ejemplo: Macri cuando reconoce que el fino Palacios estaba implicado en delitos graves y lo echa, pero insiste en que no fue un error nombrarlo como jefe de policía, porque estaba bien recomendado por la embajada de EE.UU. La admisión tiene que saldar los efectos del error y la línea de montaje decisoria que construyó el hecho.

Lo que fortalece al político es la visibilización de sus debilidades. Sin la admisión de las mismas, no se puede resolver nada, y en definitiva el político esta para resolver problemas. “Tengo estos problemas y los estoy resolviendo, tengo debilidades pero soy fuerte y creativo, por eso puedo sobreponerme” “En la gestión también aparecerán problemas y yo sabré resolverlos”
Alguien que come poco y no hace ningún esfuerzo para comer poco, no es fuerte, simplemente tiene el hábito de comer poco, alguien a quien le gusta comer, puede manejar ese impulso y finalmente come poco, es alguien fuerte, alguien que resuelve un problema. Alguien que teme pero hace, es valiente, alguien que no teme, no es valiente, no se está sobreponiendo a nada y hasta puede ser un temerario.

Admitir rinde, y aquí la variable tiempo es fundamental. La forma más barata de pagar un costo político es hacerlo YA¡ Cuanto más tiempo pase, mas sube el precio. Cada día que tardó Macri en echar al fino Palacios, aumento el costo político de este hecho, cada día que tardó Macri en echar a Posse, luego que este tildara al gobierno de “Trotskista leninista” y reivindicara al gobierno militar, aumentó el precio que Macri tuvo que pagar. En este caso fue bajo, ya que lo echó al quinto día de haber hecho las declaraciones.
Cuanto se hubiera fortalecido la imagen de Macri, si a las dos horas de haber Posse declarado lo que declaró, Macri lo hubiese echado, y hubiera declarado: “Lo que hizo Posse está mal y no lo comparto, me equivoqué, fue un error haberlo nombrado, lo reconozco, por eso lo eché”.
Prevalece el criterio que las decisiones se toman con la información que uno tiene en la mano, y que si falta información no hay error decisorio, “cualquiera en mi lugar con lo que yo sabía, hubiera tomado esa decisión”. Esto funciona en el análisis histórico, sin embargo un político debe admitir como error la falta de información, porque la misma es un insumo estratégico para cualquier gestionador.

Esto las empresas lo saben muy bien, sostener un producto que no se vende simplemente para no admitir que un CEO se equivocó, es un escenario imposible, porque la pérdida es tangible, es dinero. Los políticos tardan en admitir porque la pérdida no es tangible, no la pueden ver ni tocar.
Cuando no admitimos y no pagamos el costo político le estamos dando un arma a nuestro enemigo, se la estamos dando en la mano para que nos dispare cuando quiera, en cambio la sinceridad desarma.
Se requieren pruebas y argumentos para sostener una afirmación positiva, no se requiere nada para sostener una negativa. Cuando alguien comienza un discurso admitiendo un problema o un error, el receptor baja la guardia y se consigue automáticamente crédito de ese receptor, cuando se comienza contando maravillas de uno, el receptor se pone en guardia. La honestidad rinde.

La forma menos costosa de pagar un costo político es “pagarlo ya”, cada hora que pasa hace subir el precio, como un taxi.

Ideología y comunicación en lugar de información en el #votojoven








Por Rubén Weinsteiner


Comunicación en lugar de información, es lo que busca el sujeto de elección joven para conformar su sistema de preferencias.


La información como dato duro se materializa como un recorte de la realidad, y el sesgo, la corporización de estrategias, la impostura y los diferentes ruidos, dan forma a ese recorte emitido que será recibido por los sujetos de elección jóvenes que demandan comunicación por sobre la información.


Los ruidos son obstáculos que entorpecen, cambian, desvirtúan y alteran el mensaje tal cual uno lo pensó, diseño y planteó, produciendo entropía, desenfoque del objetivo y pérdida de información. Los esfuerzos por perfeccionar la comunicación política, volviéndola impostada, sobre-abarcativa, desprovista de emocionalidad real, y alejada de un liderazgo a la altura de los ojos, producen ruidos en el realismo político del voto joven.


Los sujetos de elección jóvenes son volubles y esperan grandes cambios. Esos cambios esperados se constituyen en la demandas que los ordenan como segmento, y se satisfacen con ideas y emociones que asumen el rol de promesa y perspectiva de futuro de la marca política. No se otorga el voto por la autopista prometida, sino por la perspectiva planteada de cómo se van a sentir los votantes con la autopista construida.


Hace falta dialogar en estas nuevas conversaciones 3.0 en la web social con los sujetos de elección jóvenes, más que bajar línea, instalar agenda o repetir slogans vacios.Y para dialogar con estos electores sofisticados, hay que poder, hay que dotar de contenidos al discurso de la marca política, y de un para qué poderoso, para colonizar emocionalidades y subjetividades, potenciando a las ideas, los ideales, la dimensión colectiva, el compromiso y la militancia, como insumos estratégicos básicos para intervenir en el sistema de preferencias del voto joven .


En este contexto todavía algunos plantean el vaciamiento de los espacios políticos, como estrategia de marketing. El discurso antipolítico sostiene que "es viejo" hablar de derecha e izquierda" que lo importante es "que las cosas funcionen"

Este discurso en realidad lo que está planteando es que los gobiernos carecen de opciones, solo tienen un camino, y en realidad, aunque los gobiernos terminen transitando el camino del "centro político", no es lo mismo hacerlo desde una posición de derecha o desde la izquierda,

Y estas categorizaciones, no alcanzan ni minimamente a caracterizar los posicionamientos ideológicos que puede adoptar un gobierno. Estos son complejos y tienen muchas variables determinantes en su formulación. Es como si un informe meteorólogico señalara que un día es "lindo" o "feo". No alcanza, necesitamos conocer la humedad, los vientos, la presión. Es decir para saber de que palo es un candidato necesitamos saber que piensa sobre el papel del estado, como ve a los diferentes grupos de interes real, como piensa los acontecimientos históricos, el concepto de "lo nacional" la dimensión colectiva de la acción política, la industria, el medio ambiente, la energía, la educación, la cultura, etc.

Todo esto no se puede resumir en la ideología "del sentido común y que las cosas funcionen".

Los ochenta en el mundo, con la Reaganomania Thatcher y Kohl, o la Argentina de los noventa, fueron espacios donde se había decretado la muerte de las ideologías y el vaciamiento de la política. En la Argentina el menemismo consolidó una alianza vacía de ideas, con iconos representantes del clima de época como Ante Garmaz, Yuyito González, Tinelli y Sofovich. El menemismo legitimó la incultura de Tinelli y la mediocridad de los programas de chimentos, porque desde el poder se presentaba como válida la ignorancia, la incultura y la mediocridad que ostentaba y hasta sobreactuaba orgulloso el presidente Menem y su círculo de colaboradores.

Algunos tratan de modelar y reeditar el formato de Menem, pero sin siquiera ser como él, un cuadro político.

Pero ese período, el de la ideología que las cosas funcionen, de los espacios sin militantes, sin comités, sin ideas y sin debate, terminó, con Menem y De la Rua, Lacalle, Bucaram, Sánchez de Losada, Fox y Bush.

Terminados los noventa, llegó Lula a Brasil, el Frente Amplio a Uruguay, y se le quemaron los libros a muchos en la Argentina, en Bolivia, en Ecuador y en EE.UU, donde llegó Obama y explotó la militancia en la web social. En los 2000 asistimos a la recuperación del discurso político, del debate, de la militancia y de las palabras como órgano constitutivo del pensamiento y de las ideas, aquellas ideas que Menem o Bush no podían articular.

Macri y De Narváez siempre fueron noventistas, por discurso, por formación intelectual, por recorrido de vida, por ideología, por modalidad expresiva, por simbología y ritualidad, por identidad, y demás variables que conforman sus marcas políticas. En esa época sus posibilidades de haber llegado a la cima hubieran sido claras. Llegaron tarde, Macri se bajó 3 veces, 2003, 2007, 2011 y si los radicales no le alquilan su despliegue territorial, muy probablemente se baje en 2015, a pedsar de las notas a pedido de periodistas pautados que hablan de sus posibilidades presidenciales, y De Narvaéz se convirtió en una pieza arqueológica del marketing político, que le cedió el devaludado fondo de comercio de su negocio a Scioli.

Algunos creen que los noventa no terminaron, y repiten que la gente está cansada de las ideologías, que no existe más derecha ni izquierda, que nadie quiere a "los políticos tradicionales", y que la única ideología que funciona es la del sentido común, y que las cosas funcionen.




Como dijo Pepe Mujica, no se puede hacer política sin militantes, sin cuadros y sin comités. El desprecio de la política y de los políticos, bajo la forma de “no hacen nada” “ganan fortunas” “todos roban” fue una de las formas a través de las cuales Mussolini consiguió instalar el Fascismo, anclando la democracia, la política y los políticos a conceptos negativos como el caos, el desorden y corrupción.

En los 90, se planteó una república de los gerentes, los políticos no estaban capacitados y había que poner a los que sabían hacer las cosas. Por eso se puso a Bunge y Born a manejar la economía o luego a Cavallo, a empresarios a manejar ministerios y entes estatales, y se privatizó todo lo que se pudo porque las cosas funcionarían mucho mejor en manos privadas que en manos públicas-políticas. Los noventa terminaron mal no solo en la Argentina, después de 8 años de Bush, EE.UU. sufrió la peor crisis desde 1930. Junto con el ocaso de la república de los gerentes, perdieron poder de fuego las marcas políticas de la antipolítica.

Lo que plantean los asesores de la antipolítica, atrasa 20 años. Un gobierno sin ideología, que solo quiere que las cosas funcionen, que no entiende el país, que llega al poder a base de slogans, spots y frases vacías, como la cabeza del candidato, se encuentra con la gestión, se pone nervioso y choca el país, como De La Rúa el último noventista, en 2001.

miércoles, 24 de abril de 2013

Discurso de poder, otredad política y construcción de victorias electorales


Por Rubén Weinsteiner para   World Bank Publications
 
Un discurso se transforma en dominante cuando incorpora parte del discurso al que desplaza, resignificándolo e interpelando en forma proactiva  y sustentable a los segmentos que se sintieron interpretados por ese discurso.
Reconocer y pensar a la otredad política, constituye  un insumo estratégico a la hora de construir una marca política, que trascienda los límites de pescar en la pecera. Este proceso constructivo  deben darse en la cabeza de “el otro”,  que por alguna extraña e incomprensible razón ve las cosas de una manera diferente a la que la vemos nosotros.

El antiperonismo, negó al peronismo durante los gobiernos de Perón y durante la proscripción.  Prohibió pronunciar la palabra Perón, y no pudo construir  un reason why superador de aquello que tanto odiaba. Hasta que llegó Alfonsín,  el más peronista de los radicales, en el 83, para derrotar por primera vez en la historia al peronismo en las urnas. El peronismo quedó herido, no había internalizado los nuevos paradigmas de representación,  hasta que la renovación peronista, barrió con Herminio, la negación del radicalismo y lo que este representaba , y derrotó a Alfonsín en el 87, determinando el comienzo del fin alfonsinismo,  con el más radical de los peronistas, Antonio Cafiero.

Las marcas políticas construyen sentimientos fuertes,  que no se desalojan ni modifican con slogans, declaraciones en los medios, denuncias o profecías.  Una vez que la emocionalidad generada se instala, corre por canales separados con la racionalidad.
Durante el segundo gobierno de Perón la oposición buscó esmerilar sistemáticamente al gobierno de las formas más variadas. Desde incontables denuncias de corrupción hasta diciendo que las visitas del boxeador  estadounidense Archie Moore, se debían a que este tenía una relación intima con Perón.  La respuesta fue un grafitti que sin hacerse cargo de las afirmaciones opositoras,  mostraba la futilidad de las mismas : “puto y ladrón igual queremos a Perón”.
Capriles fue más duro rival que enfrentó el chavismo y el post chavismo. Fue sin dudas el más chavista de los opositores a Chávez, se comprometió a sostener las misiones (planes sociales) rescató e intentó apropiarse comunicacionalmente de la figura de Bolivar,  relatándose de izquierda, y popular. Frente a Chávez reconoció algunos logros, y dijo entender porque muchos  lo votaban. Frente a Maduro, utilizó el slogan “tú no eres Chávez, Nicolás”, lo que entrañó un reconocimiento implícito y sólido a Chávez y a los que lo votaron.
La negación de la otredad política no se limita a negar un liderazgo, cuando se demoniza una figura, se está demonizando a aquellos que desarrollaron sentimientos más o menos importantes hacia ella. Es difícil seducir a alguien cuando se le dice “sos un estúpido”
Hacer converger en el mismo canal las ganas de cambiar lo malo y de sostener y conservar lo bueno, es  plantear un pensamiento más complejo sofisticado y por lo tanto más cercano a la realidad, asumiendo  que no todo está bien y que no todo está mal,  porque ningún gobierno hace ni todo mal, ni todo bien.

El Kirchnerismo lleva 11 años en el poder, los jóvenes crecieron con el clima de época. El 38% de los votantes en 2014 tiene menos de 30 años y el 65% menos de 45. El voto joven aún desde la disidencia  con el Kirchnerismo, comparte los presupuestos de época,  el clima, el marco epistémico, la cancha.
Toda construcción hegemónica,  será superada solo por una construcción posterior, no en términos temporales, sino en términos estructurales, es decir por una propuesta que lo reconozca, valore, critique,  incluya, supere, y legitime de esta manera los sentimientos y convicciones de los que  adhieren a este espacio.

El reason why,  que la oposición no encuentra acumulando desde la negación a la otredad política, liderazgo y votantes, es el factor clave para la toda construcción política significativa. Sin reason why no hay acumulación, 2000 cacerolazos, 5000 denuncias de corrupción y todo el enojo del mundo, es como meter 20 millones de dólares en el bolsillo de un payaso,  porque existe una diferencia entre construir  malestar, y construir política.
Hay que pensar y proponer ideas y perspectivas, discurso,  mística para enamorar, plantear un  porqué y un para qué se quiere el poder, organizar el debate, darlo y ganarlo, porque sin victorias intelectuales no hay victorias electorales.

Rubén Weinsteiner

Public Affairs

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