lunes, 15 de julio de 2013

Voto joven: “andá decile a tus abuelos en Florida, que Obama es bueno para los judíos”


















Por Rubén Weinsteiner para ADN




Cuando tenía 10 u 11 años, leía el diario en voz alta, sentado en el sillón del living de la casa de mi abuela Rosa, mi abuela que mientras tanto ordenaba las copas y los platos en un armario, al terminar de leer yo, un título y sin dejar de hacer ella, lo que estaba haciendo, me preguntaba: “¿y eso es bueno o malo para los judíos?”






La comediante estadounidense perteneciente a la comunidad judía Sarah Silverman, le imponía un tono de comedia a la convocatoria. "Si ustedes supiesen que visitar a sus abuelos podría cambiar el mundo, ¿lo harían? Por supuesto que sí. Sería estúpido no hacerlo", decía Silverman en el video publicado a principios de octubre de 2008 para convocar a jóvenes judíos al "Gran Schlep" En Yidish el gran arrastre/viaje) hacia el estado de Florida.


El viaje al que invitaba Silverman era una peregrinación con un objetivo claro: convencer a sus abuelos para que voten a Barack Obama en un estado que podría ser clave en los resultados de la elección del 4 de noviembre de 2008.


Obama encontraba fuertes resistencias en 2008, dentro del “voto judío”. Muchos miembros de esa comunidad, cuando se jubilan se mudan a Florida, un estado que construye 25 electores para el colegio electoral. Esas resistencias se potenciaban en los judíos más viejos.


La idea de Sarah Silverman rápidamente tomó forma y la campaña 2.0 de Obama organizó el call for action para jóvenes judíos con abuelos en Florida.


“Andá y decile a tus abuelos que Obama es bueno para los judíos” fue el metamensaje de la campaña que buscaba medirse con prejuicios, sentimientos y relatos ocultos de un segmento importante en Florida.


Obama tuvo un desempeño discreto en 2008 en ese segmento, pero en 2012 obtuvo más del 60% entre los judíos de Florida.


Cuando se le pide a los jóvenes que viajen a Florida a convencer a sus abuelos para que voten por Obama, la arquitectura del discurso de poder en su submodalidad del segmento joven se vuelve poderosa al plantear :


Los jóvenes pueden identificarse con Sarah Silverman, auténtica, salvaje, mal hablada, sincera, exitosa, linda pero no artificial, ni top model.


Los jóvenes le dicen a sus abuelos, Obama va a resolver problemas que tenemos y nos complican la vida


Lo prohibido- permitido, tiene que ver con darse el permiso de votar a alguien que a priori no es visto como un amigo de Israel, y que es negro ( existen algunos recelos importantes entre la comunidad judía y la afro americana) entre otras cosas.


Se le pide que vayan como tribu, como grupo, jóvenes judíos a cumplir una misión difícil e importante, contra un poder grande como son los prejuicios y relatos ocultos del segmento, y de resultados a obtener palpables.


La cultura que viene, variables blandas que agrupan segmentos en forma transversal y los ponen en escenarios diferentes a los protagonizados por la generación de sus padres.


La Web social como territorio propio es herramienta, plataforma y espacio de acción de nuevas formas de participación política.


Rubén Weinsteiner


miércoles, 10 de julio de 2013

El reason why en la construcción del sistema de preferencias del voto joven




Rubén Weinsteiner para NEWSWEEK




Los dos componentes fundamentales para el diseño de la arquitectura de un discurso de poder, hacia el interior de lo que llamamos voto joven (16 a 30 años), un voto con una fuerte complejidad emocional en términos de las demandas, son el “reason why”, el “para qué”, y la vocación constructiva de sujetos políticos.






El “para qué”, hay que votar determinada oferta política, debe expresar una promesa emocional afirmativa y concreta. Resulta imposible construir un “reason why” desde la negación y el odio a la otredad política. Así como el Kirchnerismo será superado solo por una construcción posterior, no en términos temporales, sino en términos estructurales, es decir por una propuesta que lo reconozca, incluya y lo supere; el macrismo no será superado en la ciudad, demonizando a Macri, burlándose de él, ergo de todos los que lo votaron y que son muchos. El “reason why” debe expresar no un listado de medidas a implementar, sino una perspectiva emocional positiva. Construir un “para qué” no tiene nada que ver con construir malestar.


Durante la segunda presidencia de Perón, los antiperonistas fueron adquiriendo un odio hacia Perón, el peronismo y los peronistas que llegaba al “viva el cáncer” cuando la muerte de Eva Perón o a apoyar y justificar bombardeos masivos a la plaza de mayo, que dejaban cientos de muertos como saldo. El antiperonismo con Perón en el poder y durante la proscripción, no pudo construir un “reason why”, aun cuando construyó el soporte en términos de fuerza, para dar el golpe y sostener la proscripción. Porque no consiguieron construir en su cabeza, un país diferente al que tanto les disgustaba, para constituirlo en “reason why” y que le diera una identidad propia a su marca política, más allá de adversar al peronismo.






El voto joven siempre demanda un “para qué”, y por eso muchos jóvenes de entre 16 y 30 años hijos de antiperonistas se hicieron peronistas durante el período de la proscripción del peronismo. El antiperonismo no proponía un “reason why”, Perón desde España, si.


Durante los 18 años de la proscripción del peronismo, liderazgos no peronistas, hubo, agenda y despliegue territorial también. Pero el segmento 16-30 durante esos 18 años, que por evolución dinámica llegó hasta los que tenían 48 en el 73, demandaba ese “para qué” que el peronismo producía y que constituía en sujetos políticos.


El voto joven es más flexible, eso explica los de los jóvenes de fervientes antiperonistas se hicieran peronistas y flexibilizador de otros segmentos, muchos hijos de antiperonistas que se hicieron peronistas, peronizaron a sus padres. Porqué el segmento 16-30 no ancla el sistema de preferencias en su historia y en las emociones construidas a través de esa historia. El voto joven está despojado de los dolores, pasiones, frustraciones, alegrías, inseguridades y certezas que no sean las de su propio recorrido. Los mandatos familiares no solo no garantizan continuidad en el voto, sino que la rebeldía muchas veces lleva a los jóvenes a adversar la tradición familiar. Esto le otorga elasticidad, soltura, y cierta labilidad en la construcción de su sistema de preferencias.



El segmento 16-30 valora como insumo de producción del “para qué” la autenticidad legitimada en el clivaje gato-careta, lo real y sólido, aquello que reconoce y asume las imperfecciones, limitaciones, las zonas oscuras y las brutalidades del discurso, a favor de una propuesta superadora.

Rubén Weinsteiner

Public Affairs

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