miércoles, 22 de febrero de 2012

Necesidad y deseo en la construcción del discurso político

Rubén Weinsteiner para ADN

No hay que preguntarle a la gente que piensa, hay que ver que hace.
Si le preguntamos a la gente, nadie come mortadela, todos comen jamón o pastrón, sin embargo se consumen 3000 toneladas de mortadela por mes en la provincia de Buenos Aires. Nadie votó a Menem, sin embargo ganó por el 52 % de los votos, y si le preguntamos a la gente donde compra los alimentos la mayoría dirá en Carrefour o en Jumbo, si les preguntamos porque, probablemente nos dirán porque allí los atienden bien, el entorno es agradable, y la cadena de frío se respeta. Aunque si los seguimos probablemente nos encontremos que entran al chino, donde una mujer en ojotas le gritará “deja bolso”.

Es el recorrido entre lo que la gente dice y lo que la gente hace, entre la necesidad y el deseo.
Luego de terminada la segunda guerra mundial la empresa General Electric, pensó en fabricar elementos que utilizaran electricidad para funcionar, y para ello encargó estudios de mercado donde se le preguntó a la gente: ¿Ud. usaría un cuchillo eléctrico? ¿Un abrelatas eléctrico? La gente respondió que no, que el cuchillo común era perfecto para ellos y que lo seguirían usando, sin embargo desde la General Electric habrán pensado que cortar el pollo es difícil con el cuchillo común y que con un cuchillo eléctrico sería mucho más sencillo, por eso lo fabricaron y fue un éxito. Otra vez lo que la gente dice y lo que hace en realidad, necesidad y deseo.
El que entendía claramente la diferencia entre necesidad y deseo era Carlos Menem. En un video que vi hace poco, estaba el entonces presidente siendo entrevistado en el programa de Susana Giménez, y las preguntas y las respuestas fueron:
SG-¿Ud. hizo el servicio militar?
CM- No, mi papá buscó a un general amigo, y le dio … (sonrisa) unos mangos … (sonrisa) y me salvó.
SG-Dicen que Ud. Es muy mujeriego…
CM- Y io no sé, eso es lo que dicen
SG-¿Es verdad que manejó la Ferrari a 250 km por hora?
CM- y la verdad es que me gusta velocidad.
Es el ejemplo de manual, a la gente le gusta, desea pagar, coimear, para no hacer el servicio militar, para que no le hagan una multa, a la gente, a muchos hombres les gusta o les gustaría ser mujeriegos, y que en algún lugar se sepa, y les gustaría andar en una Ferrari a alta velocidad. Si le preguntamos a la gente, nadie coimeo nunca a un policía, nadie es putañero, nadie viola las leyes de tránsito, nadie quiere tener una Ferrari, con un “Palio estoy bien”
La necesidad esta puesta en quedar bien y no decir que votó a Menem, que come mejores alimentos que mortadela, que no es mujeriego, que no coimea, que no viola las reglas de tránsito.

La gente busca a aquel que interpreta su deseo más que su necesidad, o por lo menos que entiende el deseo Ese es el problema principal de Macri, el se conecta con lo que la gente dice, y no con lo que hace, la gente quiere orden mientras no le saquen la foto a su auto, si es que no le tapa la patente.
El Argentino no es congruente con la demanda/necesidad de orden, no es alemán, por eso hacerse cargo de esa demanda, al final del día se revelara como incongruente, no cierra, no puede cerrar, cuando el mismo que pide orden tira los papeles del chocolate al piso, coimea al policía, a la aduana, a los inspectores, tapa la patente, se cuela en la fila del súper, en la cancha, deja el auto en doble fila y cierra el auto, habla por celular mientras maneja, evade impuestos, saca la basura a cualquier hora, compra el registro, y demás prácticas

Macri encarna un alumno nerd en una clase de chicos que la juegan de nerds pero son quilomberos.
La capacidad del organizador, el estratega de las comunicaciones, tiene que estar enfocada en reconocer los deseos más allá de la enunciación de las necesidades. ¿Como? Investigando, Lux quería fabricar un jabón con perfume de chocolate, se le preguntó a la gente ¿Ud. Usaría un jabón de chocolate? La respuesta fue masivamente no, mancha, no tiene nada que ver. Cuando se le consultó a la gente que le pasaba con el chocolate, las respuestas fueron “no puedo vivir sin el chocolate”, Lux produjo el jabón y fue un éxito.
Hay que ir por lo que hace la gente, mirar, observar, investigar, analizar, y detectar allí los deseos, aquello que la gente quiere que pase, más allá de lo diga.
La necesidad es la frontera de la intención de voto, el deseo la profundidad.

Rubén Weinsteiner

lunes, 6 de febrero de 2012

Martín Insaurralde: marca política, fortalezas, debilidades y potencialidades al interior del #votojoven



Rubén Weinsteiner

La debilidad básica y fundamental de la marca política Martín Insaurralde,  su bajo nivel de conocimiento frente a un rival instalado y posicionado como Sergio Massa,  configura de acuerdo a los atributos específicos de esa marca, una gran oportunidad de construcción viable y significativa,  con alto potencial de crecimiento y acumulación  al interior del voto joven.
La marca política,  como plataforma disparadora de significados hacia la cabeza de los sujetos de elección, se construye a través de un nombre, una identidad, una personalidad, un discurso, un posicionamiento y una simbología y ritualidad, en el marco de  mecanismos de microsegmentación , donde cada vez resulta más importante que lo que decimos, a quien se lo decimos; y  más importante que quien vota, resulta,  donde vota, desde que lugar vota, para lo cual esa microsegmentación  3.0 se vuelve más eficaz instrumentada  a través de variables blandas. Lo que la gente hace,  más que lo que la gente es.
La marca política potencial Martín Insaurralde es potente. La narrativa de esta marca, admite clivajes y consonancias cruzadas en los diferentes microsegmentos  del voto joven. Se hizo cargo de un municipio en llamas y abandonado, presenta atributos marcarios como: control, autoridad y dureza frente a lo establecido y viejo, una obsesión por los detalles, imput territorial y obra,  atravesó una enfermedad grave, la superó exhibiendo el dolor y la utopía posible y realizada de la curación. Evacuó la feria de la Ribera, con firmeza y muñeca política. Ante las inundaciones,  exhibió la eficacia de la canalización de los arroyos Del Rey y Unamuno, que evitó inundaciones en Lomas de Zamora, cuando se inundaron grandes sectores del conurbano. Su discurso plantea lucha y desafío y su posicionamiento está ligado a la gestión, al hacerse cargo y enfrentar  lo viejo. Su discurso tiene submodalidades de precisión,  que barometrizan cambios, planteando desafíos .

Insaurralde asumió una gestión desgastada y cuestionada, como primer concejal electo en la lista de un barón del conurbano típico como Rossi. Se hizo cargo a las apuradas del gobierno abandonado por su predecesor, de gestión paupérrima y sospechada de impericia e inacción. La gente en Lomas dice que lo hizo con una impronta extraña, rara, cargándose un gobierno municipal que le respondía solo a Rossi. Lo asumió  y domó plenamente, no dejando resquicio alguno por el que pudiera filtrarse un hacer o un no hacer que no respondiera a su única y exclusiva autoridad. Ordenó la administración, y luego comenzó con una gestión de obras, limpieza y seguridad  de los centros urbanos, acciones con las cuales colonizó subjetividades en los sectores medios.
“Se hace cargo con una impronta rara”, “no se le escapa nada”,  hace lo que hay que hacer, da las batallas que tiene que dar, lucha contra lo viejo que aun retiene poder, le gana y lo desplaza. Atributos marcarios claves en el sistema de preferencias del voto joven.
Con el voto a los 16 años se incorporan 600.000 nuevos votantes al padrón nacional. En el nuevo escenario el 36% de los votantes tiene menos de 30 años, lo que llamamos voto joven.
Obteniendo un del 50% en este segmento se obtendrían 18 puntos en el total nacional, lo que junto a un despliegue moderado en el resto de los segmentos construye una ventaja indescontable en cualquier escenario.
Obama obtuvo el 66% de los votos en el segmento 18-30 en 2008, y el 60% de los votos en el mismo segmento en 2012. Esta última performance de Obama en Argentina, le hubiera otorgado 23% de los votos del total del padrón.
El voto joven construye el nuevo campo de la mirada en la construcción del poder político, porque es presente y futuro creciente, que mientras se expande numéricamente,  desplaza al voto viejo. La lucha por ordenar las percepciones sobre lo que pasa, de estructurar el relato y organizar el debate, se da cada vez con más fuerza  hacia adentro del segmento, y puede verse claramente en la web social.
Desde la emergencia, la organización del debate para el segmento 16-30,  se da entre otros,  en  torno al clivaje “gato”-autentico. La otredad es la impostura, los que dicen una cosa pero son otra, contra eso, se plantea un modelo normativo de autenticidad, sencillez y transparencia. No ser “careta”, no ser “gato”, no ser “trucho”, ser o en realidad parecer verdadero y transparente.
Ese clivaje admite una traducción en el terreno,  en términos de: Insaurralde enfrenta, Massa no. Insaurralde pelea en público contra las barras bravas que manejan a los puestos de la feria de la ribera y contra la herencia de Rossi,  Massa calla, no pelea,  y aparece hablando mal de Néstor Kirchner en la embajada de los EE.UU. como pudimos leer en Wikileaks. Insaurralde hace las obras del arroyo del Rey y del Unamuno que solo se ven cuando en la inundación,  el conurbano se inunda y Lomas no, Massa pone cámaras y con lo que graba arma programas en TV.
El voto joven,  recrea mecanismos de tensión joven-adulto,  y esta tensión se focaliza desde lo emotivo,  en el planteo y posible enrolamiento en conflictos y luchas contra poderes importantes y con final abierto.
Massa habla del “Perón sabio que abraza a Balbín”,  para Massa el otro Perón, el del 46 al 55, parece no haber sido tan sabio. Insaurralde encarna  un Kirchnerismo más cercano al primer y segundo peronismo, desafío, poco cuidado por las formas y cambio,  que al tercero invocado por Massa.  Este clivaje le es funcional a Massa en el voto antikirchnerista, y a Insaurralde en el voto Kirchnerista.  Como señalan las encuestadoras, una parte importante de los que dicen que votarán  a Massa, creen que es el candidato del Kirchnerismo. En la medida que Insaurralde, CFK y la capilaridad de emisores del Kirchnerisnmo,  pongan a Massa fuera de este espacio conceptual del imaginario colectivo bonaerense, se resignificará la funcionalidad y eficacia de este clivaje a favor del candidato Insaurralde, y por el otro lado lo obligará a Massa a competir por el voto anti con las otras opciones anti.
Insaurralde en términos marcarios es, o podría ser contado como el estado que advierte la irregularidad, te la deja pasar y te da los elementos para que la próxima puedas estar a derecho. Massa te manda un funcionario para aplicarte la multa, te filma y lo pasa en TV, y con la plata de la multa paga el espacio y hace marketing.
El lenguaje representa al objeto como un mapa al territorio, pero el mapa no es el territorio, ni la imagen construida por el lenguaje es el objeto. El lenguaje tiene su lógica interna en la producción de sentido, y es una realidad distinta del objeto del cual se presenta como análogo. Este lenguaje genera percepciones que en muchos casos no son congruentes con el objetivo del discurso.
Insaurralde y Massa “hablan distinto”  este diferencial en el verbatim (lo que se dice) construye discursos y representaciones diferentes en los sujetos de elección. En el voto joven, está diferencia se potencia porque es transversal al clivaje gato-autentico.
Insaurralde dice lo que es y lo que no es, Massa se fortalece con el silencio y la ambigüedad. Todo lenguaje es una simulación, simular es imitar representar, reproducir pero también es fingir, engañar, mentir.
Desde lo funcional,  la acumulación en términos de preferencias en el voto joven se apoya en entre otros en dos clivajes específicos:
a)prohibido-permitido
b) institucionalizado-desinstitucionalizado
Para que la comunicación  con el segmento joven sea  emocionalmente persuasiva y técnicamente informativa, y  no al revés, se debe tener en cuenta que es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por afirmación o por negación, que lo que dicen los padres, los medios o los políticos. Si los jóvenes cumplen con lo que está bien para los padres, incumplen con lo que está bien para los pares y la tribu, y viceversa. “No tomes, no entables relación con gente peligrosa, estudiá mucho, acóstate temprano, no te quedes hasta cualquier hora en la computadora” consejos sobre la vida sexual, las relaciones, el trabajo y finalmente la política.
En la mayoría de los casos donde las consecuencias no revisten inmediatez, amenaza o peligro, la tensión padres-tribu, se salda a favor de la tribu, por el peso del colectivo a la hora de la aprobación y legitimación social.
Para el joven,  identificación es amor, para los adultos identificación, es solo empatía.
Por eso en sectores donde los padres naturalmente se inclinan a adversar al gobierno nacional, la posibilidad de colonizar subjetividades por parte de Insaurralde se da desde una interpelación tribal y de segmento.
Esta colonización quirúrgica, debe apuntar a cruzar el clivaje prohibido-permitido planteando perspectivas de cambio,  y el clivaje  institucionalizado- desinstitucionalizado, planteando perspectivas emocionales de inclusión, integración y solución de problemáticas que preocupan al segmento.
El abordaje del sistema de preferencias del voto joven, un sistema dinámico y complejo, debe incluir  líneas de acción  estratégicas y específicas para el segmento, asumiendo demandas a convocatorias para enfrentar y forzar, reconocimiento, legitimación e institucionalización. Satisfacer deseos antes que necesidades. Es un voto emocional, complejo, inteligente y definitorio en cualquier elección.
Sin este tipo de abordajes, las opciones del voto joven se definen  en forma atomizada y desestructurada y en terrenos y clivajes de segmentos mayores.

Rubén Weinsteiner

Public Affairs

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