miércoles, 24 de abril de 2013

Discurso de poder, otredad política y construcción de victorias electorales


Por Rubén Weinsteiner para   World Bank Publications
 
Un discurso se transforma en dominante cuando incorpora parte del discurso al que desplaza, resignificándolo e interpelando en forma proactiva  y sustentable a los segmentos que se sintieron interpretados por ese discurso.
Reconocer y pensar a la otredad política, constituye  un insumo estratégico a la hora de construir una marca política, que trascienda los límites de pescar en la pecera. Este proceso constructivo  deben darse en la cabeza de “el otro”,  que por alguna extraña e incomprensible razón ve las cosas de una manera diferente a la que la vemos nosotros.

El antiperonismo, negó al peronismo durante los gobiernos de Perón y durante la proscripción.  Prohibió pronunciar la palabra Perón, y no pudo construir  un reason why superador de aquello que tanto odiaba. Hasta que llegó Alfonsín,  el más peronista de los radicales, en el 83, para derrotar por primera vez en la historia al peronismo en las urnas. El peronismo quedó herido, no había internalizado los nuevos paradigmas de representación,  hasta que la renovación peronista, barrió con Herminio, la negación del radicalismo y lo que este representaba , y derrotó a Alfonsín en el 87, determinando el comienzo del fin alfonsinismo,  con el más radical de los peronistas, Antonio Cafiero.

Las marcas políticas construyen sentimientos fuertes,  que no se desalojan ni modifican con slogans, declaraciones en los medios, denuncias o profecías.  Una vez que la emocionalidad generada se instala, corre por canales separados con la racionalidad.
Durante el segundo gobierno de Perón la oposición buscó esmerilar sistemáticamente al gobierno de las formas más variadas. Desde incontables denuncias de corrupción hasta diciendo que las visitas del boxeador  estadounidense Archie Moore, se debían a que este tenía una relación intima con Perón.  La respuesta fue un grafitti que sin hacerse cargo de las afirmaciones opositoras,  mostraba la futilidad de las mismas : “puto y ladrón igual queremos a Perón”.
Capriles fue más duro rival que enfrentó el chavismo y el post chavismo. Fue sin dudas el más chavista de los opositores a Chávez, se comprometió a sostener las misiones (planes sociales) rescató e intentó apropiarse comunicacionalmente de la figura de Bolivar,  relatándose de izquierda, y popular. Frente a Chávez reconoció algunos logros, y dijo entender porque muchos  lo votaban. Frente a Maduro, utilizó el slogan “tú no eres Chávez, Nicolás”, lo que entrañó un reconocimiento implícito y sólido a Chávez y a los que lo votaron.
La negación de la otredad política no se limita a negar un liderazgo, cuando se demoniza una figura, se está demonizando a aquellos que desarrollaron sentimientos más o menos importantes hacia ella. Es difícil seducir a alguien cuando se le dice “sos un estúpido”
Hacer converger en el mismo canal las ganas de cambiar lo malo y de sostener y conservar lo bueno, es  plantear un pensamiento más complejo sofisticado y por lo tanto más cercano a la realidad, asumiendo  que no todo está bien y que no todo está mal,  porque ningún gobierno hace ni todo mal, ni todo bien.

El Kirchnerismo lleva 11 años en el poder, los jóvenes crecieron con el clima de época. El 38% de los votantes en 2014 tiene menos de 30 años y el 65% menos de 45. El voto joven aún desde la disidencia  con el Kirchnerismo, comparte los presupuestos de época,  el clima, el marco epistémico, la cancha.
Toda construcción hegemónica,  será superada solo por una construcción posterior, no en términos temporales, sino en términos estructurales, es decir por una propuesta que lo reconozca, valore, critique,  incluya, supere, y legitime de esta manera los sentimientos y convicciones de los que  adhieren a este espacio.

El reason why,  que la oposición no encuentra acumulando desde la negación a la otredad política, liderazgo y votantes, es el factor clave para la toda construcción política significativa. Sin reason why no hay acumulación, 2000 cacerolazos, 5000 denuncias de corrupción y todo el enojo del mundo, es como meter 20 millones de dólares en el bolsillo de un payaso,  porque existe una diferencia entre construir  malestar, y construir política.
Hay que pensar y proponer ideas y perspectivas, discurso,  mística para enamorar, plantear un  porqué y un para qué se quiere el poder, organizar el debate, darlo y ganarlo, porque sin victorias intelectuales no hay victorias electorales.

Rubén Weinsteiner

viernes, 19 de abril de 2013

Las caras de un Gobierno 3.0 en #votojoven


Por Rubén Weinsteiner
COMO SE BERIA LA CARA DE BOB MARLEY EN UNA MONEDA - AQUI DEJANDO ESTA FOTO UNA MONEDA CON CARA DE BOB MARLEY DE QUE NO TENIA NADA QUE ASER Y DECIDI SUBIR FOTO BUENO LE FIRMAN CHIDO - Fotolog
Para ADN

Poítica 3.0 no es Twitter, Facebook, blogs, Instagram y You tube. Política 3.0 es Política

Gobiernos nacionales y provinciales en Latinoamérica, creen hacer política  en la Web social, sin embargo las operatividad 3.0 social y simétrica, por parte de estos gobiernos, no es muy sofisticada. No alcanzan a percibir ni a entender el potencial estratégico y táctico del concepto,  de la dinámica, de las herramientas y del dispositivo en sí mismo.
Esta utilización de la Web 3.0 en formato 1.0, es decir intentando sostener los formatos asimétricos, no habilita los diálogos con los jóvenes, que el entorno permite y favorece,  acerca de los grandes temas; economía, empleo, vivienda, seguridad, energía, medio ambiente, cultura, salud, calidad institucional etc. Estos diálogos permitirían escuchar además de hablar, y los jóvenes tiene mucho para aportar.

Los esfuerzos por instalar temas como corporización de estrategias, volviéndo necesariamente la comunicación impostada y artificial, producen ruidos en el realismo político del voto joven.
 Los jóvenes no incorporan a su agenda de interacción social aquellos temas que los medios fuerzan o reiteran de manera ‘sospechosa” para construir la agenda.

Las Caras 3.0

La cara es el icono cognitivo más importante.  Reconocemos e identificamos a la gente por su cara. Donde vamos nos asaltan caras famosas, revistas, carteles, billetes, la construcción marcaria personal se ordena a partir de una cara. Desde las monedas en la antigüedad que le permitían a un rey instalar su cara, hasta las tapas de las revistas lideradas siempre por caras atractivas, los dispositivos masivos desde la explosión de la TV, necesitan caras para tangibilizar la emisión, haciéndola viable y creíble.

¿Cual es la cara visible de cada uno de las estructuras 3.0 gubernamentales en la Argentina?

Cuando uno piensa en Microsoft o en Apple, las caras de Bill Gates o Steve Jobs aparecen como acto reflejo en nuestra mente, lo mismo Google con Page y Brin y Zuckerberg con Facebook. A nivel local, Macri, Ratazzi, Faena, Elsztain, son caras con significantes iconográficos poderosos, ligados a marcas corporativas.

En el caso de las dependencias gubernamentales 3.0, resulta difícil pensar en una cara. La cara del ministro o del secretario a cargo no se dispara semiológicamente como significante en la mente de los que entran a los sitios, porque en algunos casos estos funcionarios no aparecen ligados a las nuevas tecnologías, y en los casos que si, uchas veces resulta muy obvio que quien escribe no es el político, y es alguien que de politíca mucho no entiende.

No encontramos desarrollos en términos de marca, de por ejemplo un bloguero o un twittero de la secretaría de comunicaciones, o de la AFIP, o de el ministrio de economía. No estoy hablando de personajes ficticios, sino de blogueros y twitteros reales que puedan incluso interactuar en el mundo real con la gente. Blogueros y twitteros con personalidad, con ideas con marco teórico, con capacidad de comunicar, debatir y escuchar, un twittero que pueda coordinar a decenas y cientos de twitteros que quieran articular con la plataforma de una dependencia, que puedan liderar grupos en las redes sociales, que puedan convertirse en referentes en Twitter.

¿Porque la AFIP no puede tener una cara visible, o la Procuración General, la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, la Policía Federal, o la Secretaría de Medio Ambiente?

Hace un tiempo el portal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, protagonizó un escándalo, cuando desde allí publicaron información impropia, sobre una investigación por presunto lavado de dinero. ¿Que se hace con el daño sufrido en términos de capital simbólico?, ¿quien estructura la narrativa correctiva? ¿Quién recibe y responde preguntas?

La comunicación 3.0 se ha convertido en un dispositivo que gestionado eficazmente puede abordar exitosamente escenarios de crisis en tiempo real, puede prevenir y dar una malla de contención, anticipar situaciones y darle un rostro humano a una marca corporativa o política.

La mejor demostración de la inexistencia de respuestas programáticas, estratégicas y tácticas en la Web 3.0 a los problemas, es que dada una crisis en el Ministerio de Planificación Federal con los cortes de luz, la de Policía Federal o del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires con los maestros, o de la Policía Metropolitana, no aparecen “caras” en la Web social,  en Twitter, en Facebook, en blogs, en videos en las redes sociales, que se apropien del spin mediático 3.0 para desembarcar en forma natural en los medios 1.0. Si el objetivo es influir en la construcción de opinión, en la imagen, instalar nuevos enfoques y narrativas,  colonizar subjetividades, sujetar sujetos de elcción, esto no se ve en el terreno.

El votante adulto va al mercado de las marcas políticas, a resolver problemas y a satisfacer necesidades, y lo hace en un marco de clivajes y creencias muy instalados, que funcionan emocionalmente en piloto automático. Convicciones, amores, odios, tradiciones y prejuicios, articulados en historias personales, familiares, relatos culturales muchas veces ocultos, e internalizados en anclajes emotivos, que no son cuestionados a la hora de recrear el sistema de preferencias. El joven también busca resolver problemas y satisfacer necesidades, pero en lugar de recrear valoraciones y etiquetas instaladas, el sujeto de elección joven busca adoptar marcas políticas para cumplir sueños, desafiar poderes inmensos, en luchas con final abierto, y sobre todo interrogar a la marca acerca de quién es, en que cree y cuan autentica es. 

Filipo, rey de Macedonia, unificó toda Grecia y creyó conveniente emitir una sola moneda, eliminando las de cada ciudad. Para que no quedara ninguna duda sobre quién mandaba, mandó acuñar su cara en las monedas. Su hijo, Alejandro Magno, siguió su ejemplo y al ritmo de sus conquistas, impuso la costumbre. A partir de allí todos los reyes querían ver sus caras en las monedas. Esta era prácticamente la única oportunidad que tenían los romanos de conocerle la cara al emperador.
Reconocemos  a alguien por la cara,  decimos que hay que "dar la cara",  el logo es la cara es la cara de la marca.
La marca es el discurso, la identidad, la personalidad, el posicionamiento, la simbología y ritualidad, el nombre, y por supuesto la cara.

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