miércoles, 31 de agosto de 2011

El trasvasamiento de Facebook a Twitter en el #votojoven

Rubén Weinsteiner para Newsweek

Facebook es para los amigos que se han vuelto extraños, Twitter es para los extraños que se han vuelto amigos.
En Facebook uno tiene amigos, y en realidad la mayoría no lo son, son componentes de una parte de nuestro capital relacional. Uno no espera que los amigos de Facebook se sienten con uno en un bar a escuchar nuestras penas, ni que nos presten plata ante un problema financiero.
La palabra Facebook remite al libro que se entrega en las universidades y en algunos secundarios en EE.UU. y en otros países. En cada página uno de los estudiantes escribía unas líneas y ponía su mejor foto. La idea original de la red social Facebook era que los integrantes de una promoción tuvieran las actualizaciones de lo que estaba pasando por la vida de los otros. Esa idea se extendió al mundo.
En Facebook nos mantenemos al tanto, publicamos fotos, promocionamos eventos, armamos o nos sumamos a grupos, exploramos dimensiones de pertenencia y pertinencia, establecemos nuevos vínculos.
Twitter es otra cosa. En Facebook nos mostramos políticamente correctos, en Twitter mostramos que no lo somos.
Más allá de los objetivos para los cuales uno quiere utilizar Twitter, más allá de la agenda que quiera promover, el posicionamiento que quiera desarrollar, debemos tener en cuenta que Twitter es inmediato, creativo, hace falta repentización, originalidad y el poder de fuego del feedback se potencia.
Twitter no es simplemente un micrófono, Twitter es 3.0, es simetría, hay que hablar, pero también hay que escuchar.
Sin un abordaje profesional, con Twitter es muy fácil perder el foco de posicionamiento, las reacciones a los hechos de la realidad en tiempo real e inmediato y las discusiones, pueden desenfocar ese eje de posicionamiento, para lo cual resulta fundamental tener presente todo el tiempo quien twittéa antes de twittear. Uno no es uno, porque si twittéa uno, puede decir cualquier cosa ante situaciones determinadas, provocaciones, emociones, hechos dramáticos que comprometen afectos, historia, etc.
La segmentación resulta fundamental en Twitter, y para construir los segmentos no se puede “seguir” como en Facebook, a menos que uno esté dispuesto a seguir a decenas de miles de personas, para que quizás ellos después nos sigan a nosotros, lo cual volvería ineficiente nuestro timeline. Lo mejor es definir y promover eficazmente nuestro posicionamiento. Si somos “verdes” tenemos que ser un “must” para todos los que están interesados en el medio ambiente. Nuestros Tweetts deben ser retwitteados y así conseguir viralización.

La diferenciación, la disrupción y provocación y la originalidad resultan fundamentales a la hora de buscar viralización en Twitter. La narrativa twittera debe ser una propuesta de valor, que consiga la atención y la redistribución.

Otras variables constitutivas de la marca como identidad, personalidad, simbología y naming, no pueden quedar afuera de nuestra construcción en Twitter, nuestra narrativa twittera debe ser congruente con estas variables.

La conversación que es Twitter nos da elementos que permiten perfeccionar el mensaje a favor de comunicar noticias, blindar la marca y gestionar nuestro posicionamiento en tiempo real.

Algunos toman el paradigma de la naturalidad. ¿Se puede twittear como Gabriela Michetti “comí jamón crudo, estuve toda la noche con sed”? La respuesta sería si es lo único que twitteás , no. Si twitteás diez ideas inteligentes y metes lo del jamón, si. El emisor marca la diferencia. Sobre todo porque a menos que alguien sea una estrella de rock, de fútbol o algo así, a nadie le interesa si alguien como Michetti comió jamón crudo.

Es importante tener presente, que se nota cuando una persona no twittéa, todos lo notan. Todos sabemos quien twittéa y a quien le escriben, la diferencia en términos de eficacia entre alguien que escribe, o alguien que tiene una persona le twittéa “estoy feliz de haber inaugurado la escuela de repostería Yiya Murano” es toda la diferencia que se puede hacer en Twitter a favor de nuestra comunicación.

viernes, 26 de agosto de 2011

Darwin 3.0: Los paranoicos sobreviven pero los pronoicos tienen éxito

Rubén Weinsteiner para ADN


Uno de los cortes más visibles entre la Web 1.0 y la Web 3.0, tiene que ver con el corrimiento del paradigma que popularizó en los 90, Andy Grove de Intel, según el cual “solo los paranoicos sobreviven”, a favor de otro que plantea que solo los pronoicos tienen éxito.

En la Web 3.0 el concepto de pronoia, está adquiriendo un status epistemológico, que intenta conceptualizar que es más fácil prosperar, si se establecen relaciones de complementariedad, generosidad y colaboración reciprocas. El Darwinismo 3.0 instala el otro lado de la paranoia en el debate, la idea que los otros no están para destruirnos, sino para hacer cosas que nos pueden servir y ayudar a potenciar nuestros desarrollos.

La adaptación al mundo 3.0 está representada por la generosidad, la confianza en que el otro puede articular con nosotros y la especialización en nichos cada vez más y mejor definidos para construir complementariedades. La posibilidad de comunicarse con millones de personas en tiempo real, y el aumento exponencial de los flujos de información, imponen la segmentación profesional y la especialización.

La Web social no está para hacer amistades, como se plantea desde algunas revistas de sala de espera de médicos. Yo no espero de los amigos de Facebook que vengan a mi casa para mi cumpleaños, ni que me ofrezcan el auto cuando el mío entra al taller. Espero interacción, cambiar información, que me digan que hacen, que saben, que ideas tienen y ver en que podemos sinergizar y articular para construir valor económico, cultural, espiritual etc.

Más que cuantos amigos o seguidores, importa quienes son los amigos, como interactuamos y cuanto valor creamos, cuanto más compartimos más poder tenemos

La revolución industrial impulsó a través de la división del trabajo, la especialización y la complementariedad, de manera vertical. La revolución comunicacional horizontalizó la especialización, cada vez más específica y competitiva, y la construcción y organización de nuevos formatos de cadenas de valor.

Las cadenas de valor se entrecruzan y el que organiza la cadena A puede ser un engranaje importante en la cadena B y uno menor en la C.

La interpretación 1.0 más que de Darwin, del Darwinismo apunta a que la supervivencia se sostiene en la paranoia, esta fundamentación específica del discurso, sigue vigente en la interacción social en el mundo real. La interpretación 3.0, apunta a que quizás los paranoicos sobrevivan, pero los pronoicos alcanzarán el éxito.

En la Web social, vemos que lo que es bueno para nosotros también puede ser bueno para los otros, ya no hay suma cero, como en el poker, donde lo que gana uno lo perdió otro. Pero esto no nace con la Web 3.0, la matriz funcional ya funciona y se verifica como eficaz en el mundo real también.


En Gran Bretaña la sangre se dona, y el que dona se siente bien por haber donado. Nunca falta sangre y la calidad de la sangre es alta, porque la donan las personas más sanas. En EE.UU. pasa lo contrario, se le paga a la gente para que done sangre, y de este hecho se derivan dos grandes problemas: la calidad de la sangre es mala porque la donan por plata gente con mala alimentación, vida desordenada y que sufre enfermedades, y por el otro lado nunca hay suficiente sangre.


En la Web 3.0 los paranoicos no solo no la pasan bien, sino que además no son exitosos, porque el capital relacional, bien estratégico fundamental en la Web social, no se sostiene siendo paranoicos, sino modificando el paradigma de la competencia y la paranoia por el de la complementariedad y la pronoia.

martes, 23 de agosto de 2011

Costos y productividad en el mercado de la información 3.0

Por Rubén Weinsteiner

Para Bloomberg

Un ciudadano tiene a su alcance múltiples fuentes de información para formarse una idea política de a quién votar, aprobar o no una gestión u opinar a favor o en contra de un determinado proyecto de ley, además de los medios de comunicación tradicionales 1.0.
Archivos abiertos, plataformas electorales, Google news, Wikipedia, y fundamentalmente la Web 3.0, para hacer pullcasting antes de exponerse al brodcasting, tirar la data que se busca y no esperarla, ya sea en Twitter, en los blogs, las redes sociales, archivos de estadísticas, expedientes judiciales, declaraciones juradas etc. Pero en esta operación de obtención de información, hay un problema netamente económico.
La posibilidad que nuestro voto u opinión defina, cambie las cosas para un lado o para el otro, es muy chica, salvo elecciones muy peleadas como las de Bush contra Gore, donde unos cientos de votos definieron Florida, en la gran mayoría de los casos nuestro voto mide poco en términos de definir. Y en el plano económico la utilidad obtenida por el consumidor de información, es poca, se limita a la percepción del alcance limitado del voto y a la satisfacción de actuar de acuerdo a conciencia.
En la mayoría de los casos, la suma de rentabilidades por estos dos beneficios es muy baja, para que el consumidor invierta recursos importantes en leer e investigar para entererarse y saber mas sobre los candidatos.
La solución a este problema aparece aparentemente, en la forma de un intermediario, “un mayorista” que acumula, procesa y mediatiza la información. Un dato no menor: la “fabricación” de información, el proceso de construcción tiene altos rendimientos en términos de escala, y el costo marginal por abastecer a un consumidor mas es bajísimo, mientras que la utilidad marginal para los consumidores es alta.
Esta solución del intermediario “mayorista” de la información , plantea un problema nuevo fundamental, al abastecer a tantos consumidores con información que afecta tantos intereses de factores tan poderosos, le da a estos últimos motivaciones para manipular este flujo de contenido.
Si en un pueblo, los medios locales difunden información aludiendo a actos de corrupción del intendente, las posibilidades de ser reelecto del mismo pueden disminuir, incluso esta situación podría contribuir a una salida anticipada del mandatario comunal.
Supongamos que el Intendente sabe que los medios están por publicar información negativa sobre el, en ese caso, puede intentar darles pauta, negocios, reducciones impositivas, solucionarles problemas importantes al o a los medios.
La función a analizar en este caso sería la cantidad ponderada ( de acuerdo a tirada, rating, prestigio, legitimidad) de medios en el eje de las X, y la renta que genera el acto de corrupción en el eje de las Y.
Siguiendo esta matriz, Besley y Prat (Handcuffs for the grabbing hand media capture and Government Accountability) señalan que en los paises con mayor concentración de medios, ya sea en manos privadas o públicas, hay menor rotación de gobernantes y mayores índices de corrupción.

En este escenario la Web social plantea un escenario de apertura, mucho mas caótico, y que altera la relación concentración-corrupción-baja rotación de gobiernos, ya nunca fue tan incontrolable lo que se dice acerca de alguien como en la Web 3.0, y ahí la función anterior no tiene cabida, porque es imposible arreglar a miles de internautas, aun suponiendo que estos quieran ser coimeados, y además la influencia de un blog sin recursos puede escalar y crecer en forma caótica.

Que pasa si tomamos mercados distintos de la información política, por ejemplo, celulares, autos o turismo. Ahí el incentivo para el consumidor a meterse a obtener información, investigar y enterarse, es mayor, porque tiene que ver con el confort y seguridad del auto, beneficios y chiches del celular, atractivos y posibilidades que la pasemos bien en nuestras vacaciones.
Y ahí ese incentivo lleva al consumidor a invertir mas recursos en hacer la propia investigación, en ir a la Web social , y allí ser prosumidor, consumir información y también producirla, con experiencias con el producto o servicio.
La comunicación 3.0 plantea en este caso, tres diferencias fundamentales con la Web 1.0 o la comunicación tradicional pre Internet, por una lado la pérdida de control, por el otro la igualación de los emisores, y finalmente que resulta mas importante lo que dicen de uno que lo que uno dice de uno mismo.

Ya no se controla ni cómo ni quién ni cuándo se habla de nuestro producto. Los espacios donde se habla del producto, los generan los internautas en general y los consumidores en particular, ya sea para plantear sus diferencias o puntos de afinidad. Esta presencia constante de la acción del usuario requiere una respuesta en tiempo real.
La construcción 3.0 no se da por lo que pretendemos decir de nosotros mismos, ni siquiera por aquello que los demás dicen de nosotros. Se construye a través del diálogo y la comunicación permanente.
Ahí la producción de información se desconcentra, se atomiza y los costos de producción de información toman otra escala, con un rango de variabilidad muy grande dependiente de la eficacia en la producción, del caos y en definitiva de la nueva productividad 3.0.

jueves, 18 de agosto de 2011

Titular en la Web

Rubén Weinsteiner para ADN

Titular en la Web es diferente, porque las variables de interacción plantean una clara disruptividad con respecto a la gráfica.
El título debe ser corto, muy corto, porque los lectores en la Web no leen, scanean, y quizás solo lean la primera palabra. Google y Yahoo, los buscadores mas importantes, y principales proveedores de tráfico- El New York Times obtiene el 52% de su tráfico de los buscadores- leen de izquierda a derecha, por eso cuando la persona busca una palabra, es importante que el buscador la encuentre en nuestro título, lo mas a la izquierda posible.

Para titular tenemos indefectiblemente que meternos en la cabeza de la persona que busca en Google, primero para saber por donde pasa el pulso en términos de “movers y Shakers” del mercado de la información, y segundo para saber como buscaría esa persona en el box de Google, que palabras pondría.

El título en la Web debe ser rico en información, como dijimos la gente no lee, scanéa, si el recorrido del ojo pasa y lo que scaneó no le interesa, se va.
El título en la Web debe ser entendido fuera de contexto, ya que muchas veces los buscadores ofrecen el título como una frase sola, en ese caso el título en si debe brindar certidumbre en términos del espíritu de la nota, sin que haya que leer la misma para entenderlo.

El título debe ser honesto, y revelar previsibilidad, sin perder aquello que decía García Márquez, “el título debe ser un ¡leame¡”, en la Web el estilo Chiche Gelblung de prometer y defraudar no funciona, porque la gente no vuelve a los sitios que no cumplen con las expectativas.

Este es un principio disruptivo con respecto a la gráfica y a la TV. En Der Spiegel, un jefe de redacción armó una tapa con un título así : “¿Se droga la ministra de cultura?” una vez adentro, un largo texto podría resumirse con un monosílabo: no. Pero había vendido la revista.

Eso en la Web no funciona.Si funciona el humor, en ADN en una nota sobre una cumbre que se iba a realizar en Uruguay por el tema ambiental, con Botnia en el medio titulamos. “Temor en Montevideo por atentados islámicos y entrerrianos”, encabezamos Google News y tuvimos 34.000 visitas en la nota en el día.

Google penaliza la deshonestidad, hay muchas notas que titulan algo asi como: “Britney Spears desnuda y teniendo sexo oral en la calle ” y en la nota nada se dice ni se muestra sobre la promesa del título.
Por eso Google premia la correlación entre título, copete y nota. Es decir que cuando los “movers”, las palabras claves, como en este caso Britney Spears, desnuda y sexo oral, aparecen en el copete y en la nota, Google entiende que la promesa se cumple. Pero también hay notas donde titulan Britney desnuda y teniendo sexo oral y lo repiten sin ningún sentido en la nota.
La ratio de densidad que mejor califica en Google es de un 5%, es decir que Britney, desnuda, sexo oral, tendrían que aparecer en el copete y en la nota pero no demasiadas veces, ni tan pocas, el 5% apunta a una mención en el copete, dos en la nota aproximadamente, y en negrita si fuera posible, ya que las arañas de los buscadores entenderán que son palabras importantes .

El título ideal es corto, lo dijimos, pero ¿cuan corto?
Cuando falleció Pinochet, en ADN titulamos: “Murió Pinochet” y tuvimos 54.000 visitas en la nota en un día , un record.
En el título cada palabra debe luchar y duramente por su supervivencia, sino es estrictamente necesaria, se va. Lo ideal son 5 palabras, no mas de 35 caracteres.

El título debe ser una invitación a cliquear, como dijimos y no nos cansamos de repetir, en la Web la persona pasa con su ojo, scanéa y quiere irse, si no le atrae y mucho lo que lee, se va.

Estos títulos nos dieron muchas visitas en ADN:
“Menem preso”: el “mover” que la gente pone en los buscadores + lo que pasó
“Agua en Marte”: siguiendo la misma línea que en el ejemplo anterior
“El secreto de Kirchner” : es una invitación al click, provoca, todos queremos enterarnos de los secretos, y la palabra Kirchner esta cuarta pero con poco caracteres adelante.

Nunca hay que titular sin “mover” por ejemplo: “Siempre fue fiel a sus sueños”, en la gráafica puede funcionar, no con los buscadores y con el eyetrack del internauta.

Para poder liderar la agenda hay que liderar los buscadores, y a los buscadores la gente va con palabras en la cabeza, los “movers”, por eso hay que identificarlos y ubicarlos con el mínimo y mas eficaz acompañamiento en el titulo, en la Web menos es mas.

Rubén Weinsteiner

viernes, 12 de agosto de 2011

El público 3.0

Rubén Weinsteiner para Newsweek

La revolución que produjo la transición de la Web 1.0 a la Web 2.0 estableció el cambio de paradigma del brodcasting al pullcasting, es decir, se pasó de la emisión por parte de los medios, de un mensaje, un programa, una propuesta comunicacional, lo que llamamos brodcasting, a la acción por parte del público de “tirar”, hacer pullcasting, armarse su propio recorte, su programa, a través de las alertas en los buscadores, la sintonía fina de estos, You Tube, la microsegmentación en la oferta informativa, los blogs, los canales en las redes sociales, las búsquedas en Twitter.

En la transición de la Web 2.0 a la Web 3.0, la Web semántica, el cambio pasa por la modificación de la conducta del público de visitar sitios para encontrar información, a tener la expectativa que esa información específica, ya no la general de la web 1.0 o la de medios como la Televisión, llegue a ellos. Esta es parte de la revolución de la Web social semántica.

Las personas como prosumidores, productores y consumidores de información, incorporaron la Web 2.0, y construyeron a través del tiempo sus propios canales customizados de provisión de información, desde donde reciben y donde también producen información, y ahora esperan que esos canales sean las autopistas a través de las cuales les llegue la información específica que les interesa.

Las preguntas que nos tenemos que hacer como jugadores en general, marcas corporativas o políticas, medios, etc son:

a) ¿A quien queremos llegar?
b) ¿Dónde buscan estas personas información?
c) ¿Que diferencial podemos establecer en términos de la generación de relato y contenidos?
d)¿Cuales son los criterios de dominio, de los contenidos en las agendas de los diferentes canales?

Con las respuestas a estas preguntas podemos diseñar una estrategia de comunicación eficaz apoyada en la construcción de una propuesta de valor que este a la altura de las expectativas del público, establezca un diferencial claro con respecto a los otros emisores y construya poder de fuego específico para colonizar subjetividades.

El publico 3.0 es inteligente, busca propuestas de valor, las acciones de alta visibilidad sin contenido, no solo que no lo impactan sino que lo llevan a tomar medidas drásticas. El publico 3.0 adopta canales a través de los cuales recibe las propuestas de valor, cuando un canal lo defrauda, lo percibe como de bajo nivel o vacío y lo saca de su menú cognitivo, por ineficacia y porque el bajo nivel de ese canal habla de él en términos aspiracionales, es lo que consume.

viernes, 5 de agosto de 2011

¿Como medir la tasa de retorno 2.0?








Una de las preguntas más importantes que nos hacen los clientes, los ejecutivos de empresas, los políticos y todos aquellos que ven en la Web 2.0, un escenario nuevo, disruptivo e indispensable donde desarrollar acciones; es como se mide la TIR (Tasa interna de retorno) en La Web 2.0. Los estrategas en la Web 2.0 no solo que pueden sino que deben probar la tasa de retorno de las campañas.

Para poder valorizar en términos económicos las acciones 2.0 hace falta ponderar correctamente los objetivos específicos que se espera conseguir.
Muchas compañías invierten recursos importantes en la web 2.0, sin embargo se les complica demostrar la tasa de retorno de estas campañas. Si se va a invertir partidas de presupuesto, tiempo, recursos varios, la Web 2.0 debe justificar y probar su eficacia en términos de construcción de valor en el mediano plazo, y como factor importante de influencia en el éxito de la compañía, de la marca corporativa o de la marca política.
Pero ¿como se mide, y como se demuestra el efecto de una campaña 2.0?
Lo primero que tenemos que hacer es definir el resultado en la ecuación. Empezar por el final. No se puede tener éxito si primero no definimos que es el éxito para nosotros.
¿Que buscamos? Los resultados pueden ser muchos: mas ventas, resignificación de la marca, manejar una crisis, cambiar la imagen, construir valor, alcanzar para un espacio político un determinado nivel de visibilidad, de intención de voto, bajar la imagen negativa, lanzar un producto, instalar una idea, un hábito, atacar a la competencia, defenderse, etc.
Básicamente hay que definir: a) intenciones, b) objetivos c) valor, desde las distintas partes que componen la organización y desde la dirección estratégica de la marca, sea esta corporativa o política.
Por eso las acciones en la Web 2.0 deben ser muy específicas, tanto en la formulación de los objetivos como en la sintonía fina de las acciones.

La victoria de Obama en las primarias contra Hillary cuando iba 4 a 1 abajo, la excelente elección de Marco Enríquez Ominami en Chile, las campañas negativas contra Dasani o Actimel son solo algunos ejemplos exitosos entre miles, en términos de la ecuación: inversión-beneficio.
Hay otros ejemplos:
Lenovo, por ejemplo, logró reducir cerca del 20% su actividad en los call centers, gracias a las respuestas que logró dar a sus clientes de Facebook. La campaña de Burger King en Facebook "BK Whopper Sacrifice", cuya inversión llegó a los 50 mil dólares, generó ganancias del orden de los US$400.000, es decir, multiplicó por ocho veces la inversión. Burger obtuvo más de 32 millones de visitas en el grupo de Facebook. Blendtec quintuplicó sus ventas con el video "Will it Blend?" a través de You Tube, la marca tecnológica Dell reunió tres millones de dólares a través de sus ventas realizadas sólo por Twitter.
En la medida que podamos definir las especificidades de cada objetivo, y que cada parte de la organización pueda mostrar la tasa de retorno de la inversión requerida o efectuada, los recursos llegarán con más fluidez desde la dirección, y esto comprometerá tanto a los instrumentadores de las campañas Web 2.0, como a los responsables de los recursos, a definir y auditar cada vez con mayor precisión las relaciones entre inversión y retorno.

Podemos medir y ponderar cuantitativa y cualitativamente las campañas operacionalizando las siguientes variables:

1) Atención generada: medida por el tráfico, los visitantes únicos y la cantidad de visitas globales, tasas de rebote, ratios como visitas / páginas vistas/ tiempo de permanencia
2) Nivel de participación e involucramiento: medido por comentarios, interacción, tipos de diálogo, calidad de los aportes, interacciones de los Widgets, reenvíos y viralización de los videos en You Tube
3) Autoridad, entidad: links obtenidos, menciones en buscadores, citas en otros sitios, copiados y pegados textuales aún sin citas.
4) Influencia: cantidad y calidad de los receptores, suscriptores a nuestros contenidos, cuanto son, si hay formadores de opinión, decisores, en nuestros seguidores de Twitter o amigos en Facebook, comentaristas de nuestros posteos, lectores de nuestros sitios o blogs etc.
5) IOR, Impact of Relationships: El objetivo macro siempre será construir Valor agregado en términos de capital social. La Web 2.0 es diálogo, la importancia está en las relaciones. ¿Que valor tiene un comentario, una visita o un follower de twitter…? Dependerá de muchos factores, como, por ejemplo, la autoridad o influencia que tenga, a su vez, la persona que haya hecho ese comentario o te siga en Twitter.

La principal dificultad en la medición de la tasa de retorno en Web 2.0 radica en el carácter multiplicador y expansivo d elas acciones 2.0, la pérdida de control, la escala macro de 6 grados de separación y la cantidad de variables que complejizan el modelado. Sin embargo en la medida que definamos los objetivos y construyamos el modelo desde estos, podremos auditar y valorizar el efecto de las acciones y las campañas 2.0.

Rubén Weinsteiner para Bloomberg

Public Affairs

Navigating the intersection of markets, governments, policy, politics and public opinion is an increasingly challenging and important role for management teams and boards of directors. Operating in major political capitals and key emerging markets, Weinsteiner Consulting helps organizations set strategies to engage with public policy stakeholders in compelling and effective ways. We provide clients with the expertise they need to analyze, advise and deliver across these critical areas. Campaigns using media relations, digital strategies, advertising, grassroots organizing and lobbying to influence decision makers make up a public affairs initiative. Public affairs campaigns are intended to impact specific governmental actions or decisions by shaping public opinion. Weinsteiner Consulting specializes in integrated public affairs campaigns and our record of success is unparalleled.