jueves, 14 de febrero de 2013

Conversación 3.0: liderazgo, influencia y agenda propia

Por Rubén Weinsteiner

Es muy común reaccionar en la Web social ante alguien que nos provoca, que nos enoja, algo que creemos es incorrecto, algo que nos da risa, alegría, sorpresa etc.
Si solo reaccionás, otro está definiendo el escenario y la conversación 3.0. Es difícil en tenis ganar los games cuando no sacamos, porque la iniciativa la tiene el rival. Lo importante es nunca resignar la iniciativa, tanto en la reacción a comentarios, como en las preguntas que se nos formulan.
Uno debe ingresar a las conversaciones en la web social, como a la entrevistas, con una lista de supermercado, donde tiene anotado los objetivos que viene a buscar. Y ante las preguntas: "vos preguntame lo que vos quieras, yo te respondo lo que yo quiero". Nunca nos pueden fijar la agenda, porque tenemos tres ventajas comparativas en toda entrevista o conversación 3.0:

1) Manejamos los tiempos que en el caso de una entrevista son limitados
2) Manejamos el tema, o deberíamos hacerlo, con mucho más soporte teórico, marco conceptual y datos duros que nuestro interlocutor
3)Siempre podemos reaccionar sin responder específicamente la pregunta, enfocada en la agenda del interlocutor, y responder con nuestro discurso, enfocado en nuestros objetivos, nuestra lista de supermercado.

Un plan estratégico comunicacional requiere de un liderazgo proactivo que se apropie de la agenda. Reaccionar sirve en tanto, la reacción se encuadre en la estrategia y no resigne la iniciativa y el liderazgo.

La colonización de subjetividades, la influencia, la acumulación de poder son el resultado de un plan estratégico. Para ejecutarlo hace falta proponer un mensaje de valor y que otros reaccionen.
Nuestra reacción debe estar alineada con la construcción de compromiso y confianza que buscamos, desde el liderazgo que encarnamos, esto es: no tenemos que discutir, pelear, o censurar, tenemos que conducir la conversación 3.0 fijando la matriz de relaciones que buscamos. El líder no discute, el líder lidera, conduce, sostiene y contiene, ahí reside su poder. Si el general se pelea con los soldados, lo pasan a retiro porque la tropa no le responde más.

El líder ante el ataque, agravio, provocación, hace fogging, “niebla”, asertividad, no se engancha con la emocionalidad de la discusión, sino reordena la conversación, despojando el eje discursivo de emocionalidad, y de adjetivaciones. Niebla y disco rayado, algo parecido a lo que hace Scioli “vos preguntame lo que quieras, yo te contesto lo que yo quiero”. Si pierde el liderazgo pierde influencia.
El liderazgo de esa conversación híper masiva , amplificadora de audiencias de audiencias que es la Web 3.0 para poder influenciar, debe tener en cuenta que la simetría 3.0 no respeta la autoridad de la marca corporativa o política. Cualquiera se le anima a cualquiera desde la comodidad de su notebook, celular etc. 

Por eso el liderazgo 3.0 debe

a) Sostener la autoridad en la solidez y la seducción
b) No exhibir la asimetría 1.0 , bajar al llano y ponerse a la altura de los ojos del público
c) Generar confianza
d) Admitir errores
e) Compartir “secretos” poniendo al público del otro lado del mostrador
f) Hablar con cada uno y de esa forma con todo
g) Siempre estar un paso adelante en la conversación 3.0

El compromiso del público en la Web social es cada vez más importante, y las oportunidades que este nivel creciente de compromiso plantea resultan fundamentales. De la búsqueda más primitiva de satisfacción, el público ha ido escalando a la construcción de relaciones, comunidades, lealtades y confianza.
Este nuevo escenario que es la Web social, es hoy el mercado comunicacional en sí mismo, donde se puja por posiciones de liderazgo y niveles de influencia.

La oportunidad ante la cual estamos frente a Twitter, Facebook, You tube, los blogs, la ingeniería de buscadores, y la sinergia, viralidad, reproductibilidad y hallabilidad de todas las herramientas 3.0, consiste en traducir ese compromiso, esa masividad de audiencias de audiencias, ese poder de la conversación 3.0 entre varios que escuchan millones, en poder marcario, en influencia, en resultados económicos tangibles.

Las 3 F: Friends, Fans y Followers, pueden medirse, pero ese número en sí mismo no nos dice nada, lo importante es la construcción y acumulación de poder de liderazgo e influencia, y eso es lo que hay que medir en definitiva.

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